La banda ancha de nuestras conexiones a internet y la tecnología detrás de las páginas web actuales hace posible inventos como FileRoom, una aplicación web cuyo propósito es enviar archivos a otros dispositivos a través del navegador empleando nuestra conexión Wi-Fi.
Los más veteranos recordarán los viejos disquetes con los que intercambiábamos archivos. Luego llegó el CD, el DVD y más recientemente los pendrives, discos externos y tarjetas de memoria SD.
Y gracias a las tecnologías Bluetooth y Wi-Fi, especialmente esta última, cada vez es más fácil enviar o recibir un archivo, sin importar su tamaño, entre dos dispositivos conectados.
Similar a WeTransfer o a AirDrop de Apple, FileRoom funciona abriendo sesión en el navegador, compartiendo la misma red Wi-Fi y nada más.
Abrir, enviar, disfrutar
FileRoom hace fácil algo que no lo es tanto: enviar archivos a través de la misma Wi-Fi o red local.
Cuando abrimos su dirección en el navegador, se crea una nueva sala virtual donde veremos nuestro usuario, generado aleatoriamente. Si accedes a la misma dirección desde otros dispositivos a través de la misma Wi-Fi, aparecerán nuevos usuarios indicando, además, desde qué plataforma acceden.
Seleccionando el usuario al que queremos enviar algo o simplemente arrastrando y soltando encima el archivo o archivos que queremos enviar, en la otra sesión de FileRoom se verá la lista de archivos compartidos, que podemos descargar (Download) o rechazar (Reject).
Además de ser fácil de usar y gratis, la principal ventaja de FileRoom es que el intercambio es rápido, ya que emplea tecnología Wi-Fi. A esto hay que añadir que, obviamente, al compartir una misma conexión, la distancia entre los dispositivos no es mucha.
Más ventajas. No necesitamos registrarnos, ya que el servicio es anónimo y las salas creadas son temporales, así como los usuarios. Simplemente se crean para diferenciar los dispositivos conectados.
Obviamente, hay datos que FileRoom obtendrá de nosotros, como nuestra IP, qué navegador usamos o cuanto tiempo estamos usando este servicio, básicamente los mismos datos que obtienen la mayoría de páginas web que visitamos a diario. Para más información, puedes consultar su apartado de privacidad.
Redes locales y más allá
Aunque FileRoom recomienda usar una red local o la misma conexión Wi-Fi para enviar archivos y recibirlos, también permite acceder a la sala virtual de intercambio desde conexiones externas.
En este sentido podremos enviar y recibir archivos de cualquier tamaño sin importar el dispositivo, el sistema operativo ni la distancia a la que se encuentre, simplemente compartiendo el enlace a la sala virtual.
El intercambio tardará más, pero aún así el proceso sigue siendo rápido y sencillo si lo comparamos con otros sistemas o incluso con servicios de almacenamiento online como Google Drive o Dropbox.
En definitiva, FileRoom es una de las maneras más simples de intercambiar archivos de cualquier tipo entre nosotros mismos o con otra persona, sin instalar aplicaciones, sin registrarnos y sin depender de servidores externos.