Los tres atributos responsables por el éxito de Netflix son: la comodidad, su amplio catálogo (siempre en crecimiento) y la calidad de sus series originales. A lo largo de los años han demostrado que saben producir series de calidad, llegando a robarnos años completos de nuestras vidas a través del binge-watching que pudieron haber sido utilizados para otras actividades más productivas.
Por ello resulta extraño que las películas producidas por Netflix sean, en su gran mayoría, completamente terribles. Los responsables por el servicio de streaming consiguieron la fórmula perfecta para producir una serie de calidad pero, por alguna razón, no encuentran al manera de realizar una película al menos decente.
Esto ha derivado en un conjunto de películas particular: cuentan con dinero suficiente para contratar actores famosos y garantizar valores de producción altísimos, pero todas tienen en común la característica de haber sido realizadas teniendo en mente que los espectadores tendrían múltiples distracciones a la mano, con las cuales la película tendría que competir. Por ello es que las cintas que nombraremos a continuación tienen un ritmo tan acelerado, tenga o no tenga sentido para sus historias particulares.
10. War Machine
Cuando una película trata desesperadamente de dar risa y, luego de decenas de intentos, sigue sin lograrlo, la experiencia de verla se vuelve bastante incómoda. Este es el caso de War Machine.
Muchas películas de Netflix tienen la costumbre de forzar que algo nuevo pase en cada escena, lo que sea con tal de mantener la atención del espectador. War Machine es un completo desastre desde un punto de vista narrativo. El hilo argumental resulta vago: al general Glenn McMahon (Brad Pitt) se le encarga acabar de una vez por todas con la intervención estadounidense en Afganistán. Lo vemos formar parte de una interminable serie de sketches cómicos que buscan señalar lo absurdas que pueden llegar a ser las situaciones vividas en una guerra.
La actuación de Brad Pitt es lo único bueno. Es carismático y tiene un ritmo cómico adecuado para la cinta. Lástima que ni el guion ni la dirección acompañaran con éxito su interesante interpretación. Adjuntaremos los trailers de estas películas terribles ya que a veces resulta divertido reírse a carcajadas de algo terrible (de ahí el gran éxito de The Room), tomando en cuenta la distinción de que no nos reímos con ellas sino de ellas.
9. True Memoirs of an International Assassin
Todos tenemos más o menos un esquema de lo que usualmente acarrea una película de Adam Sandler: chistes obscenos, personajes caricaturizados, tramas absurdas y un ímpetu inconstante de querer ser una buena película. True Memoirs of an International Assassin cuenta con todos estos aspectos pero, esta vez, el personaje que interpretaría Sandler le toca al mítico policía del centro comercial Kevin James.
Trata sobre un contador cuyo pasatiempo es escribir de novelas de espías (Kevin James) al cual, por error, le publican una de sus novelas como si fuera una historia real. Entra en pánico cuando se da cuenta de que lectores alrededor del mundo piensan que las historias fantásticas que narró en realidad fueron vividas por él. Un grupo de revolucionarios venezolanos lo secuestra para que utilice sus extraordinarias habilidades para derrocar al actual presidente del país.
Las escenas de acción, piezas centrales de la historia, son lo peor de la cinta. Grabadas con la misma intensa pasión que ejerce un empleado de McDonalds durante la jornada laboral. Los chistes no se quedan muy atrás, si gente cayéndose y bromas de niños de ocho años no son cosas que les dan risa, esta no es la película para ustedes.
8. The Ridiculous 6
Como si fuera una secuela de A Million Ways to Die in the West, el público al que apuntaba atraer The Ridiculous 6 todavía no tiene edad para subirse a ninguna montaña rusa de calidad.
¿Quién habrá tenido la brillante de idea de gastar sesenta millones de dólares en semejante locura? Alguien dentro de las oficinas de Netflix nos debe una explicación. Siendo una película de parodia de los antiguos westerns, necesitaba de una gran cantidad de dinero para producirse; además de eso, cuenta con varios actores por encima del nivel de mediocridad que el filme exhibe, incluyendo a Harvey Keitel, Steve Buscemi, Luke Wilson y Jorge Garcia.
Si alguno conoce a alguien que haya sido capaz de disfrutar The Ridiculous 6, tengan cuidado, lo más probable es que necesite de atención médica urgente, o quizás sea amigo de Adam Sandler.
7. When We First Met
Claramente basada en un cortometraje muy superior a la película misma, When We First Met prueba que una buena premisa no te garantiza que el producto final del proceso de realización cinematográfica cuente con el mínimo esbozo de calidad.
Cuenta la historia de Noah, quien conoció a la chica de sus sueños en una fiesta pero falló rotundamente en su intento de seducirla. Ella terminó comprometida con otra persona, causándole niveles extremos de remordimiento al protagonista. Este descubre que la cabina de fotos en la que entraron en la noche en que se conocieron puede hacerlo revivir ese día, ofreciéndole la oportunidad de revertir su destino nefasto, al estilo de El día de la marmota.
Hasta ahí llega el ingenio de la cinta, Noah pasará el resto de la película intentando (con niveles infinitos de torpeza) hacer que la mujer de su vida se enamore de él. Como era predecible, al final de la cinta obtiene lo que tanto había querido, dándose cuenta de que eso que deseaba no lo haría feliz, y que su amor verdadero siempre fue, en realidad, la mejor amiga de la chica que tanto le gustaba. Que final tan refrito.
6. Game Over, Man!
Es absolutamente denigrante tener que copiarse tan torpemente de un clásico del cine con vistas a satisfacer al público. Game Over, Man! es simplemente una mal clon de Duro de matar. Tres empleados de hotel deben desarmar a un grupo de maleantes que mantienen rehenes a varios individuos de alto perfil que asistían a un evento.
Es ese tipo de comedia que no termina de decidirse en el tono que quiere tener, por lo que prefiere alternarlo entre escena y escena. Se hace imposible de tomar en serio, para luego soltar algún mensaje interesante, solo para volver a hacer el ridículo. El nivel de esfuerzo de parte de los realizadores de este filme solo puede medirse en números negativos.
5. The Babysitter
Como varias instancias de esta lista, The Babysitter tiene una premisa interesante, pero la ejecución es directa de una pesadilla, y no en el buen sentido. El protagonista es presentado con su escenario ideal, pasará una noche solo con su niñera, la cual encuentra muy atractiva. Todo marcha bien hasta que la chica invita a varios amigos y, luego de algunos turnos del juego de la botella, sacrifican a uno de los miembros como parte de un acto satánico.
Es de esa clase de películas cuyos personajes son completas caricaturas que no se toman en serio nada de lo que pasa y, al mismo tiempo, los realizadores de la cinta esperan que sintamos alguna clase de empatía con ellos, cuando el desarrollo de los personajes es mantenido al mínimo.
La cinematografía es un desastre, las actuaciones son completamente mediocres, el hecho de que los personajes no tengan profundidad no ayuda en nada en este respecto. The Babysitter es lo que un grupo de ejecutivos de mediana edad piensan que les encantará a los jóvenes de hoy en día.
https://www.youtube.com/watch?v=6qCqrODw1nM
4. iBoy
Parecido a lo que sucede con Chloe Moretz, el agente de Maisie Williams debe ser un sujeto de pocas luces. ¿Cómo se le ocurrió meter a la estrella de Game of Thrones en semejante desastre? Es algo incomprensible.
iBoy es un intento de película de superhéroes que, de manera hilarante, depende completamente de los efectos especiales para contar su historia, a pesar de no contar con el presupuesto necesario para que estos se vean al menos plausibles.
Los actores son competentes, pero hasta ahí llegan los elogios. No tenían suficiente material con el que trabajar, los personajes son planos y estereotipados. La trama en que interactúan es aún peor, de la que ni siquiera vale la pena hablar.
3. The Do-Over
Que The Do-Over haya sido aprobada por los ejecutivos de Netflix dice mucho sobre qué clase de películas están buscando. Suelen ser reacios a la hora de publicar sus estadísticas internas, pero es claro que si filmes como Bright ameritan una secuela, el interés de Netflix (en cuanto a películas) no va por la calidad, sino que solo busca la popularidad.
Si las películas de Adam Sandler que se estrenan tradicionalmente en los cines suelen ser la epítome de la mediocridad, al restarle la presión de agradar al público, el estadounidense puede darse el lujo de obedecer todos sus impulsos, sin importar lo estúpidos que sean.
Este vergonzoso festival de chistes malos costó cuarenta millones de dólares y tiene un vergonzoso cinco por ciento en Rotten Tomatoes. ¿Qué fracción de ses presupuesto habrá ido para el cinco por ciento de los críticos que afirmaron que les gustaba este desastre? Nunca lo sabremos.
https://www.youtube.com/watch?v=wXvGj_9LNsw
2. Bright
Esta película lo tiene todo: mensajes sociales mal logrados, una gran variedad de criaturas fantásticas, un mundo inconsistente, una trama hiper-gastada (dos policías son obligados a ser compañeros y—SPOILER ALERT—no se caen bien) y Will Smith. ¿Ya mencionamos que también costó noventa millones de dólares?
No tenemos idea de cuál era el objetivo de los cineastas responsables por Bright. ¿Tener una excusa para contratar a Will Smith? ¿Estructurar una analogía sobre el racismo en Estados Unidos? ¿Establecer las bases de una nueva franquicia? Esta última interrogante parece ser la adecuada, Bright tendrá una secuela, por increíble que parezca.
No hay nada en esta cinta que esté bien hecho, lo cual es raro, incluso para las películas más terribles. Sin embargo, parece que fue un éxito, bajo los estándares de Netflix. Aunque no podíamos esperar mucho más, considerando que el director es también el autor de Suicide Squad, una película que hizo honor a su título, motivando a miles de grupos de amigos que fueron a verla a considerar el suicidio.
1. Death Note
El objetivo de una adaptación debería ser capturar la esencia del material original y encontrar el modo de expresarla, de la mejor manera, con todas las herramientas disponibles del medio cinematográfico. Death Note es el resultado de hacer exactamente lo opuesto de eso.
Empieza reduciendo el conflicto central a un juego juvenil, producto del ocio, la venganza infantil y de querer impresionar a una chica. Cosas como la representación literal de Ryuk ignoran completamente el hecho de que hay cosas que funcionan muy bien en animación, que se verían estúpidas en carne y hueso. Este es el problema central de la cinta.
Al mismo tiempo, en vez de partir de una trama novedosa, reconociendo la imposibilidad de adaptar la totalidad de varios episodios en apenas hora y media, el director decidió comprimir lo más posible toda la historia de la serie animada. Lo cual tuvo resultados catastróficos, ya que el argumento en sí no tenía ningún sentido y, lo que es peor, el aspecto visual de toda la obra es digno de una película de Syfy, cuyas cintas se destacan nada más por lo cutre que resultan.