La Corte Suprema de Rusia ha determinado que Telegram, la plataforma de mensajería instantánea, debe dar accesos a datos y conversaciones de usuarios entregando las llaves privadas del cifrado del servicio.
La presión viene por parte del gobierno de Putin y sus intentos continuos de controlar comunicaciones electrónicas en el país.
En 2016 el gobierno de Putin aprobó una ley antiterrorismo que requiere que las plataformas de mensajería instantánea entreguen las llaves de cifrado de sus servicios, aquellas que garantizan que las conversaciones se mantengan privadas. Telegram impugnó la resolución alegando una violación a los derechos constitucionales a la privacidad de las personas.
Por su parte, la FSB (la nueva KGB) alegó que obtener las llaves de cifrado no viola derechos constitucionales o privacidad de las personas. El argumento se basa en dos motivos:
- Las llaves por si mismas no son información restringida.
- La FSB necesitaría una orden judicial para acceder a los datos de una persona en particular.
Pero como explica el abogado de Telegram, es un argumento sin sentido. "Es como decir, tengo la contraseña a tu email pero no controlo tu email". Un tecnicismo legal diseñado para contra-argumentar a la defensa del servicio de mensajería.
Telegram podría ser bloqueado en Rusia
De no cumplir con el mandato de la Corte Suprema rusa y no entregar las llaves de cifrado, con los cuales el gobierno tendría acceso a cualquier conversación, Telegram sería bloqueado en el país.
No es la primera vez que la plataforma de mensajería es amenazada de ser bloqueado. El pasado junio tuvieron que registrar el servicio con reguladores rusos después de una acusación que Telegram sería usada para coordinar ataques terroristas en el país.
Tampoco es la primera vez que Pavel Durov, fundador de Telegram tiene problemas con las autoridades rusas. En abril de 2014 fue despedido de su puesto de CEO en VK, la red social que fundó en 2006, por publicar órdenes judiciales en que lo obligaban a entregar información de protestantes ucranianos.
Poco tiempo más tarde abandonó Rusia, y obtuvo nacionalidad en San Cristobal y Nieves, donando 250.000 dólares a la fundación para la diversificación de la industria azucarera del país.