El rock siempre se ha relacionado con el desenfreno, las fiestas y claro, el sexo y las drogas. Por supuesto no con el matrimonio o con relaciones formales y duraderas. Sin embargo, es posible que esa vieja imagen del rock no sea más que un cliché.

Así lo ha demostrado un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Melbourne, Australia y la Universidad de Michigan, Estados Unidos. En él se analizaron los posibles efectos de que los miembros de diversos grupos estuvieran o no casados y si esto beneficiaba o perjudicaba el desempeño de la agrupación.

En el caso de los grupos de rock, se analizaron bandas entre 1967 y 1992. Se documentó su éxito comercial así como las críticas favorables recibidas en revistas especializadas (Rolling Stone y Trouser Press). También si habían conseguido puestos en la lista Billboard 200, todo esto con relación al estatus marital de sus miembros y los cambios en este sentido a través del tiempo. Así lo apunta el estudio publicado en el Small Group Research: "Los resultados sugieren que la diversidad del estilo de vida como la diversidad marital, generalmente es positiva para grupos".

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Encontraron que las bandas más exitosas en este sentido eran las conformadas por miembros con distintas situaciones sentimentales, es decir en los que hubiera tanto personas casadas como solteras. Pareciera que la combinación de miembros con distintas filiaciones sociales daba como resultado mayor éxito en su carrera y calidad en su trabajo.

¿Por qué existe esta relación del éxito de los grupos de rock y la diversidad del estado sentimental de sus miembros? Es posible que al existir diversidad entre los miembros se crea un ambiente más sano y que las distintas etapas que viven unos y otros provean un intercambio más rico de experiencias e ideas que, finalmente, benefician al grupo y su trabajo artístico. Así lo comentaron los investigadores:

Los diferentes antecedentes, experiencias y perspectivas asociadas con diferentes situaciones de vida y elecciones pueden ayudar a los miembros a participar en un procesamiento de información más profundo y un pensamiento más divergente, lo que permite productos finales más creativos y emocionantes.

Claro que aquí caben un montón de particularidades, aunque sí sorprende la relación encontrada. Por otro lado, las bandas de rock no fueron las únicas analizadas durante el estudio, sino que se observaron otros grupos de trabajo y el resultado fue el mismo: a mayor diversidad en el estado civil entre los miembros se registraron mayores beneficios para el grupo en general, incluso en grupos formados recientemente; mucho más en los grupos con más tiempo de haberse conformado.

La ciencia de los grupos

(Foto: Diego Sulivan/Unsplash)

Por otro lado, esta investigación recuerda que los grupos y las relaciones personales en equipos de trabajo es toda una ciencia. Diversas materias se han encargado de estudiar este complicado tópico y, a decir verdad, no se ha dilucidado del todo la "receta" para garantizar el funcionamiento de un grupo.

Eso sí, hay acercamientos, como el realizado por el antropólogo Robin Dunbar, quien condujo varios estudios sobre grupos con primates y humanos. Sus investigaciones arrojaron el famoso Número de Dunbar, es decir el 150. Este es el número de personas con las que se puede tener una relación significativa, que involucre al menos un mínimo de confianza y obligación, una historia personal que va más allá de conocer nombres y caras. Para los equipos de trabajo este número es vital pues si un equipo supera este número curiosamente la dinámica del equipo se ve comprometida. Cómo decíamos, toda una ciencia.

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