La semana pasada visitamos la sede principal de Qualcomm en la ciudad que le vio nacer, San Diego. El motivo del viaje fue poder probar de primera mano el rendimiento de su chip (o plataforma) de gama alta para 2018, el Snapdragon 845. Como ha ocurrido desde prácticamente la llegada de Android, a buen seguro será el más usado en terminales de casi todas las marcas, por lo que poner las manos encima de un smartphone de referencia fue una gran oportunidad para comprobar qué nos va a deparar el año en términos de rendimiento bruto.
En diciembre, Qualcomm presentó a los medios tecnológicos el Snapdragon 845, por lo que ya sabíamos qué cabía esperar de él sobre el papel. Recordemos los detalles más interesantes para nuestras pruebas:
- Más potente: Qualcomm promete incrementos de hasta el 30% en CPU y en GPU, los elementos clave de su plataforma. Los núcleos de alto rendimiento (hasta 2,8 GHz) ofrecerán mejoras de entre el 25 y el 30%, mientras que los de bajo consumo (1,8 GHz) lo harán en un 15%.
- Mayor eficiencia energética: gracias a mejoras en el proceso de fabricación de 10 nanómetros de segunda generación y a cambios en arquitecturas, el Snapdragon 845 es un 30% más eficiente.
- Mejor tratamiento de la inteligencia artificial: el nuevo DSP Hexagon 685 proporciona un rendimiento 3 veces superior al de la generación anterior en tareas de aprendizaje automático.
Con todo ello en mente realizamos un conjunto de benchmarks o pruebas de rendimiento que tanto nosotros como la compañía pensamos que reflejan las capacidades extra que el Snapdragon 845 ha ganado sobre su antecesor, el popular Snapdragon 835. Estos son los resultados de los tests más populares.
En primer lugar, tenemos los resultados del test sintético de CPU más popular, Geekbench. Como se observa, tanto en rendimiento mononúcleo (corriendo sobre un sólo núcleo de alto rendimiento) como en multinúcleo (ejecutando operaciones con los ocho núcleos), el Snapdragon 845 cumple con el 30% de mejoría que Qualcomm promete sobre el Snapdragon 835 que encontramos en el Google Pixel 2 XL. Si comparamos con el Snapdragon 821, referente de hace dos generaciones, vemos un incremento en rendimiento multinúcleo del 90%. El Kirin 970 no es el mejor chip de Huawei para 2018, pero sí se ha estrenado hace relativamente poco, y frente a él, el Snapdragon 845 puede presumir de una superioridad de aproximadamente el 30% de media. La cosa cambia, por supuesto, si comparamos con el A11 Bionic de los iPhone 8 y X, que aventaja al Snapdragon 845 en un 71% en mononúcleo y en un 20% en multinúcleo.
AnTuTu no es el test que más nos gusta, pero según empleados de Qualcomm la séptima versión del popular benchmark, recientemente estrenada, ofrece resultados más cercanos a la realidad y creíbles. Como siempre, el dato agregado (264.362 puntos) no dice nada, pues en él se mezclan detalles que involucran la memoria RAM o la lectura y escritura en disco, que no depende del chip. Si vamos a los detalles comparables (puntuaciones desglosadas), el Snapdragon 845 supera al 835 del Pixel 2 XL en un 23% en CPU, y en un 34% en GPU y en manejo de la experiencia de usuario (UX). Las cifras aquí vuelven a ser muy cercanas a las que Qualcomm ofreció en su presentación. No ha sido posible comparar con el iPhone, pues AnTuTu 7 no está disponible de momento en iOS.
Los últimos tests que creemos relevante comentar son T-Rex y Manhattan, ambos pertenecientes a la popular aplicación de benchmark de GPU GFXBench. Los resultados que ofrecemos son de pruebas realizadas a 1080p y 1440p, por lo que no influye la resolución de los dispositivos sobre los que se han ejecutado. Es la única manera de comparar manzanas con manzanas. En T-Rex, el Snapdragon 845 lograr aumentar su ventaja hasta un 40% sobre el Pixel 2 XL, el Mate 10 y el Note 8. En Manhattan 3.1.1 1440p, la diferencia sube hasta el 86%, aunque una cifra tan alta no parece representativa de los dispositivos con Snapdragon 835, por lo que haremos más pruebas cuando los terminales lleguen al mercado. Tests gráficos adicionales como Sling Shot ES 3.0 y ES 3.1 de FutureMark apuntan a que la mejora media sobre el Snapdragon 835 del Pixel 2 XL es similar a la vista en AnTuTu y prometida por Qualcomm, entre el 30 y el 34%.
Con su Adreno 630, Qualcomm vuelve a demostrar así el buen momento que atraviesan sus chips gráficos, la parte de su portfolio que, junto a los módems, mejor suele quedar parada frente al resto de fabricantes.
¿Qué significa todo esto en el día a día?
Como sabemos, todos estos números no significan nada por sí mismos, y hasta que no veamos el Snapdragon 835 en un producto final, no podremos saber qué sensaciones vamos a tener fuera de un entorno controlado. Comparando apertura de aplicaciones entre el smartphone de referencia con el Snapdragon 845 y el Google Pixel 2 XL, la ventaja era siempre para el Snapdragon 845. Sin sorpresas. Lo que se apreciaba en tareas comunes es lo que llevamos viendo algunas generaciones: todo es algo más rápido, pero la gama alta de 2017 o 2016 bien optimizada también volaba, por lo que en el día a día se notarán muy pocos cambios salvo que vayamos a tareas ultraexigentes como aquellas en las que se emplean soluciones de realidad aumentada o juego intensivo.
En tests como PCMark Work 2.0, que ejecuta muchas tareas del día a día, como edición de fotos, navegación web o edición de vídeo, la ventaja del Snapdragon 845 sobre el Pixel 2 XL, con 8224 puntos frente a 7093, es de tan solo un 16%, similar a la de otras generaciones. Quizá esa es la diferencia que cabe esperar.
Frente al declive en resultados que se obtenían en el Snapdragon 810, famoso por su problema con el calor, el Snapdragon 845 no ha mostrado ningún receso en rendimiento corriendo hasta 5 veces Geekbench o AnTuTu, por lo que al menos en un nivel primario, donde el chip de 2015 ya presentaba problemas graves, no notaremos thermal throttling. Como en otros apartados, habrá que esperar a ver cómo implementan el chip los fabricantes para hacernos a la idea de cómo gestiona el calor. En el prototipo analizado hemos notado calentamiento, pero lo cierto es que fueron dos horas torturando el terminal, algo que tampoco es indicativo de uso real.
¿Qué pasa con la inteligencia artificial?
Como hemos dicho, el nuevo DSP del Snapdragon 845 es el encargado de ejecutar tareas de aprendizaje automático con redes neuronales como reconocimiento de imágenes. Qualcomm no le llama "unidad o motor neutral", pero en su web sí reconoce que puede trabajar con el SDK "Qualcomm® Snapdragon™ Neural Processing Engine", que viene a ser el equivalente a las NPU de otras compañías.
Desgraciadamente, no hemos podido comparar el rendimiento de este apartado del Snapdragon 845, al igual que tampoco podemos hacerlo con el chip A11 del iPhone o el Kirin 970. El motivo es que aún no hay ningún benchmark estandarizado fuera de las oficinas de las compañías, por lo que más allá de los gráficos que se dan en las presentaciones, no podemos saber a ciencia cierta qué potencia de cálculo en inteligencia artificial tiene cada chip. La buena noticia es que desde Qualcomm afirman que esperan que llegue al mercado software que cumpla este cometido durante la primera mitad de año.
Para los impacientes, lo más cercano a un test de aprendizaje automático que podemos correr es Computer Vision, de Futuremark. En la prueba de Tensorflow, la librería de aprendizaje automático de Google, el resultado del Snapdragon 845 ha sido de 571,4, mientras que el Pixel 2 XL sólo logra 309 puntos. Los resultados no son constantes en varias pruebas y muestran una mejoría del 84%, que es una gran cifra, pero que queda muy lejos del 300% (3X) del que habla Qualcomm. Como decimos, es el único test disponible de manera accesible, pero no lo podemos tomar como algo fiable, pues por ejemplo el Samsung Galaxy S8 da 595 puntos en ese test, sin unidad dedicada.