El abril de 2017, un usuario de Instagram en Jaén subió a la plataforma un fotomontaje en el que sustituyó su cara por la del Cristo de la Amargura. El rostro incluía un piercing en la nariz del conocido como El Despojado. La cofradía de La Amargura tomó esta publicación como una ofensa, y después de pedirle al creador del montaje que la retirara, este se negó y el caso llegó a los tribunales.
Este miércoles 7 de febrero, el acusado de 24 años de edad ha sido condenado a un pago de dos euros diarios durante ocho meses, lo que supone una multa de 480 euros en total. En un principio, se solicitó una multa de 2.160 euros o 180 días de prisión en caso de impago, pero esta fue rebajada después de que el acusado reconociera su culpabilidad durante el juicio, informó Europa Press.
El juzgado de lo Penal número 1 de Jaén ha emitido la sentencia después de que el joven fuera considerado como autor de un delito contra los sentimientos religiosos. El fotomontaje, por su parte, fue descrito como una "vergonzosa manipulación del rostro de la imagen", y evidenciaba un "manifiesto desprecio y mofa hacia la cofradía con propósito de ofender".
La cofradía condenó la publicación en el primer momento pero, al no recibir respuesta del ahora condenado a 480 euros de multa, decidió arreglar el problema por la vía legal. Pr su parte, el acusado atribuyó su derecho a la libertad de expresión y decidió no eliminar la fotografía de Instagram.
El caso de las bromas sobre Carrero Blanco
Esta condena no ha sido la primera en España argumentada con la publicación de contenido en redes que puede considerarse como ofensivo. El pasado mes de marzo de 2017, Cassandra V. fue condenada a un año de cárcel por hacer bromas sobre el atentado de Carrero Blanco en Twitter. Entre 2013 y 2016, la usuaria publicó trece mensajes que fueron considerados por la justicia como un "delito de humillación a las víctimas del terrorismo".
Entre los mensajes difundidos se encontraban frases como "Kissinger le regaló a Carrero Blanco un trozo de la luna, ETA le pagó el viaje a ella" o "ETA impulsó una política contra los coches oficiales combinada con un programa espacial". La condenada afirmó que eran bromas pero la Audiencia Nacional no le vio la gracia.
La sentencia afirmó que las publicaciones supusieron un acto de "desprecio, deshonra, descrédito, burla y afrenta a personas que han sufrido el zarpazo del terrorismo y sus familiares y supone una actitud irrespetuosa y humillante que encaja dentro del delito de humillación a las víctimas". La joven de 21 años afronta un año de cárcel como consecuencia de sus mensajes en Twitter sobre un atentado que ocurrió hace más de 40 años.
Un año de prisión para la tuitera que hizo chistes sobre el atentado de Carrero Blanco