La youtuber estadounidense Chrissy Chambers es una víctima del porno de venganza que ha conseguido que se haga justicia después de haber iniciado una demanda civil en contra de su ex novio británico por haber subido a internet vídeos de los dos teniendo relaciones sexuales sin su consentimiento. Es el primer proceso civil de esta índole en Inglaterra, por lo que ha sentando un precedente legal en la historia de Reino Unido.

¿Cómo empezó todo?

La estadounidense conoció en línea a su ex novio, quien es mayor que ella, cuando tenía 18 años de edad y salieron durante nueve meses entre 2008 y 2009. El día que ella terminó con él, el hombre cuyo nombre no fue revelado como parte del acuerdo en la demanda le sugirió que pasaran una noche de copas, relató Chamber a Vice. La joven despertó al día siguiente sin recordar lo que había pasado al final de la velada -momento en que los vídeos fueron grabados- y finalmente se despidieron.

Dos años después, conoció a su actualmente prometida, Bria Michelle Kam, con quien la vlogger, cantante y actriz de actualmente 26 años de edad abrió en 2012 el canal de YouTube BriaAndChrissy, que ahora tiene 750.000 suscriptores. En junio de 2013, recibió un correo electrónico alertándola de que alguien estaba divulgando enlaces en sus vídeos con comentarios negativos y alusivos de que es una estrella de porno.

Chambers hizo una búsqueda en internet de su nombre completo junto con las palabras "vídeo de sexo" (sex tape, en inglés) y encontró que su peor pesadilla se había vuelto realidad: abrió un enlace a un vídeo que la mostraba a ella teniendo relaciones sexuales. Entre 2011 y 2012, su ex novio había subido a internet seis vídeos de ambos teniendo sexo, algunos con su nombre completo, Chrissy Chambers, y edad de aquél entonces, 18 años, de acuerdo con el medio británico *The Sun*. Eventualmente, terminaron en más de 35 sitios web pornográficos diferentes.

Chrissy Chambers y su lucha contra el porno de venganza

Los vídeos fueron grabados en Georgia (Estados Unidos), donde el porno de venganza es penalizado desde junio de 2014. Sin embargo, al haber sido subidos a internet en el Reino Unido, el caso se rige bajo leyes británicas. Chambers y Kam contactaron a docenas de abogados en ambos lados del Atlántico y, eventualmente, McAllister Olivarius, una firma estadounidense de abogados basada en el Reino Unido, aceptó tomar el caso.

En abril de 2015, se volvió una ofensa criminal en Inglaterra subir imágenes privadas sexuales en línea sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellas. Sin embargo, ya que los vídeos habían sido subidos antes de que la nueva legislación fuera aprobada, la Policía británica le indicó que no podían presentar cargos criminales en contra de su ex pareja.

La única posibilidad que le quedaba para buscar justicia era a través de daños civiles, así que en marzo de 2016 demandó a su ex novio por abuso de confianza, mal uso de información privada y hostigamiento. Como fruto de su lucha contra el porno de venganza de su ex, ha conseguido sentar un nuevo precedente legal en Reino Unido 13 meses después, en febrero de 2017.

Finalmente, el ex novio británico contactó al equipo jurídico de Chambers para llegar a un acuerdo, el cual fue completado el mes pasado y anunciado públicamente en la corte esta semana. Por los daños ocasionados, la youtuber ganó una suma de dinero cuyo monto no fue revelado, los derechos de autor de los vídeos, una disculpa y el derecho a inspeccionar los dispositivos de su ex pareja. Los vídeos siguen en línea, pero con el copyright puede ahora forzar legalmente a los sitios para que los bajen.

La youtuber se ha convertido en una activista del porno de venganza y ha creado una campaña que ha reunido más de 36.000 dólares en 30 días para otras víctimas como ella. La historia de Chambers tiene otro final feliz, pues después de ser leída la sentencia, le pidió matrimonio a su ahora prometida en la puerta del Tribunal Superior de Justicia de Londres.

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