tide pod challenge

Austin Kink (Flickr)

2018 comenzó con el Kylo Ren Challenge, un desafío popularizado por John Mayer para burlarse de una de las escenas más polémicas de Star Wars VIII: Los últimos Jedi. En los últimos días ha circulado en las redes sociales un supuesto reto absurdo que consiste en comer cápsulas de detergente líquido, un juego que, bajo el nombre de Tide Pod Challenge, ha acaparado decenas de titulares por su peligrosidad.

La idea consiste en grabarse ingiriendo cápsulas de jabón líquido, un desafío absurdo que ha hecho saltar las alarmas de los medios de comunicación. En redes sociales como Twitter e Instagram pueden verse vídeos e imágenes donde algunos usuarios aparecen mordiendo las pastillas que usamos habitualmente para lavar la ropa. YouTube, por su parte, ha decidido eliminar las grabaciones donde se veía a ciertas personas ingiriendo el contenido de las cápsulas con jabón líquido. Incluso Tide, la marca que da nombre al supuesto desafío, ha publicado un mensaje pidiendo a los usuarios que no realicen el Tide Pod Challenge por la evidente peligrosidad que conlleva.

¿Significa esto que el Tide Pod Challenge existe realmente? Aunque es cierto que se pueden encontrar vídeos en redes sociales donde algunos jóvenes mordisquean las cápsulas de detergente líquido para luego escupir el contenido, lo cierto es que la mayoría de historias e imágenes subidas son advertencias de los peligros que entraña esta práctica o simples bromas en las que se mezclan las pastillas de jabón con alimentos reales. Las alertas oficiales sobre la tendencia de exponerse —por accidente o por decisión propia— a estos productos tóxicos tampoco son nuevas, a pesar de que los medios de comunicación, especialmente los norteamericanos, hayan dado pábulo a un juego que no parece haberse propagado en España o México.

The Onion, la famosa página web de noticias satíricas, abordó de forma irónica el consumo de cápsulas de detergente líquido en 2015, una moda que pudo difundirse en redes sociales probablemente a partir de un mensaje publicado el 9 de diciembre que se viralizó posteriormente en Twitter. La marca Tide patrocinó días después un artículo en la web de la blogger e influencer Vera Sweeney, donde ella contaba una serie de consejos sobre seguridad infantil a la hora de lavar la ropa. No es la primera acción promocional que Procter & Gamble, propietaria de Tide, lleva a cabo para evitar los accidentes con sus cápsulas. La popularidad del Tide Pod Challenge y su eco mediático parecen estar teñidos de una estrategia publicitaria, pero los problemas sobre la intoxicación con pastillas de jabón líquido en realidad vienen de lejos.

Tide Pod Challenge, la problemática viene de lejos

La Comisión de Seguridad de Productos de Estados Unidos (CPSC, por sus siglas en inglés) y la Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC) se vieron obligadas en 2013 a emitir un comunicado en el que advertían a las familias de los peligros que corren sus hijos si se ven expuestos —de forma accidental o por decisión propia— a estos pequeños paquetes destinados a lavar la ropa. En la nota de prensa, la agencia norteamericana admitía haber recibido más de 500 avisos, mientras que la australiana había sido contactada por teléfono en 85 ocasiones durante los dieciocho meses anteriores por incidentes relacionados con pastillas de detergente líquido.

"El agua, las manos húmedas y la saliva pueden hacer que los paquetes se disuelvan rápidamente y liberen contenidos tóxicos altamente concentrados", señalaban en el comunicado. Las autoridades advertían además de que en el caso de ingerir las cápsulas, es aconsejable limpiar la máxima cantidad posible de jabón de la boca; si la exposición ha sido a los ojos, se recomienda lavarse con agua durante al menos quince minutos. Por último, se comprometían a trabajar con las empresas involucradas para mejorar las medidas de seguridad y el etiquetado de los producto con el fin de minimizar el riesgo de intoxicación. A pesar de la gran difusión del Tide Pod Challenge, las agencias públicas no han realizado ningún comunicado en los últimos días, por lo que no parece que la alarma generada en las redes y los medios se correlacione con un aumento de los casos de afectados por estar en contacto con estas pastillas.

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Mike Mozart (Flickr)

Sin embargo, una búsqueda en la literatura científica muestra que la exposición a las cápsulas de detergente líquido ha sido una preocupación constante para los investigadores desde hace años. En 2012, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señalaron que habían registrado más de un millar de incidentes con los detergentes de lavado, casi la mitad (485) protagonizados por las pastillas. En 481 de los accidentes, según el artículo, habían sido niños menores de cinco años los que habían sufrido algún tipo de intoxicación, que acarrea problemas gastrointestinales, oculares y respiratorios, así como pérdida de conciencia, quemaduras e incluso en los casos más graves, la muerte.

"Lo más importante de estos paquetes es su naturaleza colorida. Si los miras, puedes ver que el líquido en el interior realmente se parece a algún tipo de dulce que puedes sacar de una bolsa. Un niño que no sabe nada podría intentar masticarlo", explicaba hace dos años a CBS News la pediatra Deb Lonzer. Aunque la mayor parte de envenenamientos ocurre con los más pequeños, un trabajo publicado a finales de 2016 en la revista Injury Prevention confirmaba que estas intoxicaciones también se daban en adolescentes. Los problemas con las cápsulas de detergente líquido, además, son más graves que con el jabón no encapsulado, dado que en el primer caso la concentración de sustancias tóxicas es más elevada, además de presentar mayor viscosidad e hidrotropicidad (en referencia a la posibilidad de aumentar la solubilidad de ciertas sustancias), lo que explica que sus efectos sean más perjudiciales.

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