Uber está en su momento más complicado desde que la compañía de movilidad empezase sus operaciones en Europa. En España, mientras se sigue sucediendo el debate entre los taxistas y los VTCs, de forma más acalorada si cabe, otros modelos de negocio similares a los de Uber, aunque con matices, se han encontrado de bruces con la justicia española en materia de trabajo. Los nuevos sectores e irrupciones, se están enfrentando ahora a los modelos de negocio tradicionales.
En UK, Uber no lleva buena racha. Varias ciudades importantes les han retirados las licencias para operar, y UberPOP sigue siendo una utopía en territorio comunitario desde el punto de vista de las autoridades regulatorias. Ahora Uber se va a enfrentar a su momento más decisivo, al menos desde este punto de vista regulatorio que puede cambiar para siempre las operaciones de la compañía (y del resto de empresas que comparten el mismo modelo de negocio).
Lo que se pregunta la Unión Europea es si, efectivamente, Uber es una compañía de taxis o no. Si la justicia europea determina a Uber como una compañía de taxis, tendrá que ajustarse a las reglas comunitarias en esta materia, mucho más restrictivas que el modelo actual de la compañía, con la contraparte, además, de tener que supeditarse a la leyes locales que regulan esta actividad en cada uno de los países europeos en los que opera. Y si bien Uber cumple con muchas leyes de taxis o de transportes en los países donde opera (en el caso de España con las VTCs), podría suponer un cambio brutal en la forma en la que opera la compañía.
Uber ha argumentado en diversas ocasiones que se trata de una plataforma tecnológica que conecta a los pasajeros con conductores independientes, no una compañía de transporte sujeta a las mismas reglas que los servicios de taxi. La decisión para Uber también afecta o otras tantas que operan bajo este modelo, como Cabify.
Sea como sea, la compañía se enfrenta a un momento decisivo en Europa, que no solo puede poner en peligro su modelo de negocio actual, sino cambiar conceptualmente el mismo en favor de un modelo más parecido al taxi si cabe, dando la satisfacción a un antiguo gremio que lleva tiempo pidiendo las mismas condiciones, pese a que no jugar en la misma liga.