Aunque Photoshop es el referente del retoque fotográfico, y usamos con cierta familiaridad expresiones como “en esta foto hay Photoshop” o está imagen está “photoshopeada”.

Pero como hemos visto en otros artículos, hay muchas alternativas a esta herramienta de Adobe, tanto para usar en aplicación de escritorio como para retocar imágenes desde el navegador web.

Entre ellos destaca GIMP, un programa que apareció por primera vez en 1995 y cuyo nombre es acrónimo de GNU Image Manipulation Program. Disponible para Windows, Mac y Linux, GIMP es gratuito, está repleto de funciones ampliables mediante plugins y es de código libre, por lo que cualquier programador puede retocarlo para mejorarlo.

Pero no siempre es fácil empezar con una nueva herramienta si estamos acostumbrados a otra. De ahí que repasemos en este artículo las tareas básicas o más frecuentes que usaremos en GIMP, paso a paso.

Redimensionar una imagen

Es habitual obtener una fotografía o imagen en un tamaño que no siempre nos es práctico, especialmente si es mayor al que necesitamos. De ahí que tengamos que redimensionarlo.

En GIMP, redimensionar es tan fácil como abrir la imagen (File > Open / Archivo > Abrir) e ir a Imagen > Escalar la imagen…

Se abrirá una ventana emergente donde podemos cambiar anchura y altura. Por defecto, si alteras un valor, el otro cambiará automáticamente para mantener la proporción. Además, puedes emplear píxeles u otras unidades de medida, como porcentaje, milímetros o centímetros, entre otros.

Si no quieres mantener la proporción de la imagen, basta con hacer clic en el icono en forma de cadena. Así, al cambiar anchura o altura, el otro valor seguirá igual.

Luego pulsamos en Escalar y se aplicarán los cambios. Para guardarlos tenemos dos opciones: guardar (Archivo > Guardar como…) en el formato por defecto de GIMP o exportar (Archivo > Exportar como…) a uno de los muchos formatos compatibles.

Cambiar el tamaño de una imagen

Junto con la resolución, el tamaño del archivo de una imagen es otro aspecto con el que trabajamos habitualmente.

Cuando guardamos una imagen retocada desde Archivo > Exportar como… y elegimos un formato de compresión como JPEG o PNG, antes de guardar se mostrará una ventana emergente donde podemos afinar el nivel de compresión. Ten en cuenta que a mayor calidad, más espacio ocupará la imagen.

En el caso del formato JPEG, activando la opción “Mostrar vista previa” veremos el tamaño final del archivo.

Recortar una imagen

Es frecuente que en una fotografía no todo sea aprovechable, y en muchos casos suelen ser elementos de los bordes. Recortándolos, mejoraremos la imagen.

Tras abrir una imagen, con la herramienta Recorte, disponible en la Caja de herramientas, podremos eliminar los bordes de una imagen. También podemos activar esta función desde Herramientas > Herramientas de transformación > Recortar.

Con el cursor sólo tenemos que dibujar un rectángulo que englobe aquella parte de la imagen que queremos mantener. Luego podremos cambiar el tamaño de la zona selecciona desde las esquinas.

Desde las Opciones de herramienta podemos afinar el recorte eliminando solamente la capa seleccionada, si hay varias. También permite cambiar el tamaño de la zona seleccionada alterando los valores de ancho y alto e incluso mantener una proporción concreta desde Fijo > Proporción de aspecto.

Otra opción útil es la de Resaltado, con la que podemos ver líneas que nos indiquen la regla de los tercios, la regla de los quintos, la proporción áurea o líneas diagonales. Usando una de estas posibilidades nos será más fácil recortar manteniendo la composición.

Para eliminar los bordes o laterales de una imagen también podemos emplear otras herramientas, como Selección rectangular o Selección elíptica para quedarnos con un rectángulo o un círculo. Y para los más avezados, GIMP cuenta con las conocidas herramientas de selección libre y selección difusa para dibujar el área que queremos mantener libremente y/o probar suerte con zonas que comparten el mismo color.

Girar o inclinar una imagen

Al tomar una fotografía, es posible que el sentido no sea el más adecuado. Pero con GIMP es posible girar la imagen hacia un lado u otro.

Desde Imagen > Transformar puedes girar una imagen 90º hacia un lado u otro e incluso girarla 180º.

Y si quieres que la inclinación sea distinta a estos valores, con la herramienta Rotar puedes definir un ángulo específico o inclinar la imagen a placer.

Invertir una imagen

Hay ocasiones en las que una composición queda mejor si la invertimos, como en un espejo, es decir, si el elemento que hay a la izquierda de la imagen lo colocamos a la derecha y viceversa.

GIMP permite hacer esto desde Imagen > Transformar y, desde ahí, invertir de arriba abajo (Voltear verticalmente) o hacia los lados (Voltear horizontalmente).

Estas son sólo cinco tareas básicas que puedes hacer con GIMP, pero hay muchas más. Échale un vistazo y verás cómo, con el tiempo, te resulta tan práctica como Photoshop para la mayoría de tareas habituales.