Desde la lejana constelación de Cygnus, la llamada KIC 8462852, mejor conocida como Estrella Tabby o de Boyajian, ha intrigado desde hace tiempo a científicos a causa de su inusual parpadeo. El telescopio espacial Kepler de la NASA ha observado el oscurecimiento sin precedentes del cuerpo celeste de hasta un 20% en cuestión de días y que luego regresa a su brillo normal. Esto ha suscitado teorías como que una especie de megastructura alienígena pasó frente a la estrella. Sin embargo, la posible respuesta ha llegado por parte de la NASA. De acuerdo con los astrónomos de los observatorios espaciales Swift y Spitzer, la aparente explicación es una nube de polvo que orbita alrededor de la estrella con un período orbital de aproximadamente 700 días.

Un nuevo estudio en The Astrophysical Journal analizó los datos recogidos a través de una amplia franja de longitudes de onda registradas entre octubre de 2015 y diciembre de 2016. Los investigadores encontraron que el efecto de atenuación fue menos pronunciado en las longitudes de onda infrarroja que la luz ultravioleta. El hallazgo es consistente con la idea de que las partículas de polvo se dispersarían más de las longitudes de onda más cortas que de la luz ultravioleta, mientras que más de la luz infrarroja de longitud de onda más larga lo haría a través de una nube de polvo.

"Esto prácticamente descarta la teoría de la megaestructura alienígena, ya que no podría explicar la atenuación dependiente de la longitud de onda", dijo Huan Meng, de la Universidad de Arizona, Tucson, autor principal del nuevo estudio. "Sospechamos, en cambio, que hay una nube de polvo en órbita alrededor de la estrella con un período orbital de aproximadamente 700 días".

De acuerdo con los nuevos datos, el polvo circunstelar en órbita alrededor del cuerpo celeste es ahora la mejor explicación para la estrella de Tabby. El polvo es lo suficientemente grande como para permanecer en órbita alrededor de la estrella, pero no lo suficientemente grande como para bloquear de forma uniforme la luz de todas las longitudes de onda. Alrededor de nuestro propio Sol, este polvo causa que la luz zodiacal se pueda ver en las noches más oscuras cercanas al horizonte.

El instrumento Swift de la NASA, lanzado en 2004, fue diseñado para estudiar las explosiones de rayos gamma en una gran parte del espectro. El telescopio espacial Spitzer de la NASA, lanzado en 2003, es altamente sensible a la luz infrarroja. Para complementar sus observaciones, los científicos también utilizaron datos de AstroLAB IRIS, un observatorio público con un telescopio reflector situado en Bélgica.

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