Hace un año escribí esto sobre el Huawei Mate 9:
Huawei ya acaricia el Olimpo. Así titulé mi hands-on tras su presentación en Múnich, y tras intimar durante más tiempo con el último teléfono de la marca, continúo pensando exactamente lo mismo.
No es el mejor teléfono del momento, pero sí queda muy cerca de ese objetivo. No me sorprendería en absoluto que el próximo teléfono de la marca —posiblemente, el Huawei P10— se corone como uno de los mejores de 2017. Pero, de momento, esa gloria tendrá que esperar un poco más.
Pocos meses después, Huawei desveló el P10. Lo hizo en el Mobile World Congress de Barcelona, escenario que por primera vez servía como anfitrión para un teléfono de la serie P. Allí llegó envuelto en una campaña de marketing y publicidad sin precedentes, algo que auguraba una estrategia muy agresiva por parte de Huawei.
Pese a la cantidad de confeti utilizada y a los juglares que anunciaban la llegada de este teléfono móvil, en mi análisis del P10 escribí lo siguiente:
Huawei sabe que su P10 no puede hacer frente al Galaxy S8, G6 y el resto de teléfonos de gama alta que llegarán durante los próximos meses. Por ello, la compañía ha apostado por un lanzamiento adelantado y, sobre todo, por un precio muy inferior al de sus rivales: 649 euros.
Con esa etiqueta, el P10 se convierte en un teléfono muy atractivo, especialmente en el canal telco, donde las operadoras lo ofrecerán a precios muy jugosos. Quien busque un teléfono de Huawei capaz de rivalizar con los inminentes Galaxy S8 y G6, tendrá que buscar la versión Plus, con una mejor cámara, más autonomía, resistencia a agua y polvo y una pantalla de resolución 2K. Ese es el verdadero medidor de lo que Huawei es capaz de hacer en la gama alta.
El P10 es simplemente una herramienta de cosechar cuota de mercado e ingresos. Ofrece una degustación de la gama alta de 2017, perfecta para todos aquellos usuarios cuyo bolsillo llora al invertir alrededor de 800 euros en un teléfono de gama alta (como el Galaxy S8 o el iPhone 7 Plus). Y considerando esa posición en el mercado, el P10 sí es un buen producto.
En otras palabras: era evidente, desde el primer momento, que el P10 no podía competir con los mejores del sector. La evolución respecto al Mate 9 era minúscula y, pese a ser un producto muy sólido, las propuestas de Samsung y Apple seguían un paso por delante.
En busca de la coronación perdida
Huawei ha enlazado varios años de crecimiento sostenido. La compañía ha aumentado de forma exponencial todas sus métricas (cuotas de mercado, ingresos, etc.) haciendo lecturas inteligentes del mercado y desarrollando estrategias que le permiten sobreponerse y aprovechar el oleaje del sector.
A día de hoy, en España, compiten con Samsung por el primer puesto en cuota de mercado. Mientras tanto, a nivel global son ya el tercer gran fabricante de teléfonos móviles, y las previsiones de los analistas aseguran que la compañía conservará ese momento y continuará progresando durante los próximos años.
Pero en ese puzzle fantástico que Huawei ha desarrollado meticulosamente desde los tiempos del Ascend P2 se ausenta una pieza clave: un smartphone de referencia que ilumine al resto del portfolio de la marca y compita en todos los sentidos con los productos más avanzados de Apple y Samsung.
Hasta ahora, Huawei ha podido crecer sin esa figura en su catálogo. En su lugar, el progreso de la compañía se ha sostenido sobre los teléfonos de gama media y baja, dos nichos en los que terminales como el P8 Lite y el P9 Lite han experimentado una fantástica acogida.
Un buen posicionamiento en la gama alta ayuda a mejorar la imagen de marca y aumenta los márgenes de beneficio.
Pero un buen posicionamiento en el segmento más alto del sector no solo ayudaría a Huawei a mejorar su imagen de marca; también incrementaría los ingresos de la compañía. Y es que los terminales de alta gama son, en realidad, los que mayor margen de beneficio ofrecen a este tipo de empresas. De ahí que Apple, Samsung y el resto de fabricantes muestren tanto interés por ese segmento del mercado.
En su momento, el Mate 9 tenía todo para ser ese producto icónico, pero se quedó a las puertas. El P10 supuso una nueva esperanza de coronación, pero acabó siendo una simple y exitosa cosechadora de cuota de mercado. ¿Será el Mate 10 ese flagship que todos esperan del tercer mayor fabricante de smartphones del mundo?
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