Mercedes-Benz acaba de presentar en la feria internacional de Frankfurt un vehículo que probablemente cambie la actuación de más de un fabricante a partir de ahora. Se trata del GLC F-Cell, el primer híbrido enchufable capaz de combinar las prestaciones de un vehículo eléctrico al uso con uno propulsado haciendo uso del hidrógeno, dando lugar a un nuevo concepto de vehículo que toma lo mejor de las dos tecnologías para extraer el máximo rendimiento.
Daimler, el grupo detrás de la popular marca, ha conseguido implementar a través de la colaboración con diferentes empresas baterías eléctricas y tanques de hidrógeno en estos nuevos coches, pudiendo elegir entre diferentes modos de conducción según las circunstancias que se den en cada ocasión.
El hidrógeno, lo más importante
Lo que más interesa del Mercedes-Benz GLC F-Cell, como no podía ser de otra manera, es es el uso del hidrógeno. Este no solo sirve como fuente de energía para propulsar al vehículo y hacer posibles los desplazamientos, sino que además ofrece la posibilidad de ir recargando al mismo tiempo la batería eléctrica, dando como resultado un tiempo total de carga de 1,5 horas.
Tiene una autonomía de 437 kilómetros con el tanque de hidrógeno lleno pero, en caso de terminarse, puede abarcar una distancia de 49 kilómetros haciendo uso únicamente de la batería eléctrica. Esta es una de esas cosas que quizá puedas terminar agradeciendo ya que, según señalan los analistas, a día de hoy no es tan fácil encontrar lugares para hacer la recarga de hidrógeno. No obstante, el vehículo no comenzará a ser comercializado hasta 2019.
Desde la compañía aseguran que este modelo no sólo es tremendamente innovador, sino también increíblemente seguro. Es pronto para conocer detalles acerca de posibles variantes y precios de venta, pero teniendo en cuenta el nivel de tecnología que incorpora no auguramos un modelo especialmente barato.