Era una idea que tenía desde hacía 30 años, pero casualidades del destino sus productos había terminado por otros derroteros. James Dyson, creador de la empresa popularmente conocida por su apellido, ha decidido hacer un cambio de negocio ahora que, entre otras cosas, puede permitírselo en términos financieros. Lejos quedaron esos días en los que James tenía que arreglar aspiradoras de terceros para pagar las facturas y los de probar casi 5.000 prototipos para alcanzar con la fórmula exacta para el aspirador que formaría el inicio de una marca mundialmente conocida allá por 1993.

Según las listas de Bloomberg, el creador de Dyson estaría en el puesto número 164 de los más ricos del mundo con un patrimonio de 8.830 millones de dólares. El control de los productos vinculados al aire bien ha valido unos ingresos de 3.100 millones de dólares en 2016; un imperio de productos para el hogar que ha conquistado 65 países. El último de ellos ha sido el Air Multiplier 2009 que, con su forma peculiar, ha conquistado el mundo de los "ventiladores". A sus 70 años, este británico, ha decidido que los aspiradores, secadores y demás no son suficientes y ha invertido casi 2 millones de dólares en el desarrollo de coches eléctricos y baterías.

Lo cierto es que esta idea no es nueva para el Señor Dyson. Una de sus primeras ideas de negocio, antes de los productos de limpieza, fueron precisamente los coches. hace 30 años exactamente. El genio del aire presentó en varias ocasiones, sin demasiado éxito, un filtro ciclónico que, instalado en el escape de los coches, podría atrapar los gases contaminantes. Una primera versión del coche eléctrico que no tienen nada que envidiar a sus compañeros de la época.

Dyson recorrió platós de televisión durante 1993 con el objetivo de hacer crecer su patente de coches, pero pronto se dio cuenta de que no era el momento adecuado para tal producto.

Aún así, no cejó en su idea y antes de retirarse ha vuelto a las andadas. En 2015 se hizo con el capital de una startup dedicada a la fabricación de baterías en estado sólido. Se habló en un primer momento de que este movimiento le podría las cosas difíciles a Tesla; no se tenía en cuenta que la compañía de Elon Musk controla toda la cadena de producción y no sólo el elemento esencial el vehículo eléctrico: las baterías. Lo que sí estaba claro era que el interés del rey de las aspiradoras por el mundo de la automoción seguía ahí.

Durante los últimos años, Dyson ha estado reclutando expertos del sector del vehículo eléctrico. El jefe de comunicación de Tesla o ingenieros de varias empresas de relevancia han pasado a formar parte del equipo de Dyson. Además, en marzo de este año, la empresa ya adelantó la construcción de una nueva instalación dedicada a la investigación en el sector eléctrico. No dio demasiados detalles sobre esta decisión. Ahora, unos meses después todo cuadra. Dyson, en un comunicado a sus empleados, ha explicado que tiene la firme intención de construir su propio vehículo eléctrico para 2020 y, como no, sus filtros de vacío estarán presentes en el modelo esperemos que en una versión mejorada de la que se pudo conocer en 1993.

De momento, la compañía asegura que tiene a más de 400 empleados investigando en su versión de coche eléctrico de batería sólida.