Si echamos la vista atrás y volvemos a 1995, encontramos a una Apple muy diferente a la de ahora. No solo porque entonces no había iPod, iPad ni iPhone, productos que han sido y son muy significativos para la compañía, sino porque la empresa se encontraba buscando un hueco en el mercado que no parecía encontrar. Parte de esto era debido a la mala gestión que una década antes había provocado la pérdida del que fuera uno de sus fundadores.
En medio de ese vaivén, desde la compañía de la manzana se comercializó una gama de productos que han pasado a la historia sin pena ni gloria, pero que merece la pena recordar como lo que son: la primera incursión de Apple en la fotografía. Se trata de las Apple QuickTake 100, 150 y 200, tres modelos de cámaras de fotos digitales que se pusieron a disposición de todo aquel que quisiera pagar la nada despreciable cantidad de 749 dólares.
Un producto que no convencía
A pesar de estar llenas de compromisos, las Apple QuickTake eran un producto razonablemente avanzado para la época. Fueron de las primeras cámaras digitales en llevarse a producción en gran escala y en querer llegar al consumidor medio, en lugar de enfocarse en el sector profesional. Tener una QuickTake significaba poder sacarla de la mochila o el bolso, apuntar y disparar en segundos para capturar la imagen deseada (siempre que a sus tres pilas AA les quedase carga, claro).
La primera de ellas, denominada en secreto como Venus y comercializada bajo el nombre QuickTake 100, fue fabricada conjuntamente con Kodak y lanzada en 1994. A la hora de realizar las fotografías, los modos de resolución entre los que se podía escoger eran tres, permitiendo sus 0,3 megapíxeles tomar imágenes a una resolución máxima de 640x480 y contando con una capacidad de almacenamiento que ascendía al asombroso total de 1 MB, lo cual se traducía en 8 imágenes en máxima resolución o 32 fotos si se recurría a la calidad más baja.
Después de esta llegaron la 150 y la 200, que incluyeron mejoras en las lentes, enfoque, apertura y sufrieron un descenso en el precio, estando esta última disponible por unos 600 dólares, frente a los $749 de la 100. Si bien las dos primeras fueron fabricadas junto a Kodak, para la última se recurrió a Fujifilm.
Las cámaras, que no contaban con auto enfoque, capturaban imágenes a color de 24 bits, las cuales tenían que ser encuadradas a través de un visor porque, como resulta natural, tampoco disponían de una pantalla para previsualizarlas. Sí tenían, en cambio, un pequeño panel LCD para mostrar datos de estado (almacenamiento, fotos hechas) y un botón para eliminar fotografías. Como no había pantalla para ver la imagen, no se podía seleccionar qué imagen quería borrarse, siendo la función de este la de eliminar todas las imágenes guardadas hasta el momento.
Una incursión en el mercado fotográfico que no duró mucho
Ni los dos primeros modelos –que contaban con aspecto de prismáticos o binoculares– ni el segundo –que ya adoptó el formato tradicional de cámara– tuvieron éxito en su día pero, aún así, la revista Time consideró a las QuickTake como uno de los 100 gadgets más importantes desde 1923, bautizando a la misma también como "la primera cámara digital de consumo". El bueno de Steve Jobs poco sabía de estos títulos póstumos cuando decidió terminar con el proyecto tras su vuelta a la compañía, en 1997.
Resulta interesante, no obstante, tener conocimiento de esta primera aproximación de Apple hacía la fotografía, uno de los pilares de los productos de la empresa a lo largo de los años, junto con la música. Una importancia que ha ido cobrando más y más significado con el paso del tiempo.
Desde los primeros modelos de iPhone –y mucho más en los últimos– la cámara y la interacción del usuario con esta (sin complicaciones, sin trabas) ha supuesto una obsesión constante para Apple, siendo un campo en el que siempre se han esperado ver grandes mejoras año tras año. Incluso los iPod llegaron a beneficiarse del interés que desde la empresa se le daba a la fotografía, añadiendo cámaras a algunas generaciones de iPod Nano y iPod Touch.
Con los nuevos iPhone 8 y iPhone X, los cuales elevan la fotografía a un nuevo nivel, probablemente Apple haya vuelto a subir el listón a la hora de poner la mejor herramienta fotográfica del mercado de telefonía a disposición de los consumidores. El máximo exponente de un camino que comenzó, muchos años atrás, con las Apple QuickTake.