La inteligencia artificial está dando un vuelco a la forma en la usamos y percibimos la tecnología. Sus usos son cada vez más sorprendentes y casi ilimitados, y mientras las compañías de tecnología están volcando todos sus esfuerzos hacia el desarrollo de esta tecnología, la inteligencia artificial también se están postulando como un gran compañero en el campo de las ciencias sociales e, incluso, de la medicina.
Y dentro de los usos curiosos que tiene la inteligencia artificial está el estudio que se ha dado a conocer hoy: combinar parte de las ciencias sociales, y en especial, de las redes sociales con la psicología y psiquiatría para buscar entre los jóvenes patrones de depresión utilizando los contenidos que suben a las redes sociales. En pocas palabras, utilizar un bot basado en IA en Instagram para buscar jóvenes deprimidos en base a los patrones del contenido de sus fotos.
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De momento, y según el estudio publicado hoy, el bot ha analizado las cuentas de Instagram de 166 personas (sí, una muestra pequeña, pero interesante para empezar) en busca de lo que se conoce como marcadores de depresión clínica. Las conclusiones que sacaron los investigadores es, con esa muestra más o menos controlada, la inteligencia artificial realizó una evaluación de los marcadores mucho más precisa que la de los médicos en el diagnóstico de depresión, teniendo en cuenta ese único factor de referencia (las fotos subidas).
Las características estadísticas se extrajeron computacionalmente de 43.950 fotos Instagram, utilizando el análisis de color, los componentes de los metadatos, y la detección de rostros mediante algoritmos. Los modelos resultantes superan la tasa media de éxito en el diagnóstico.
El estudio relevó además algunos detalles interesante relacionados con la participación en redes sociales de jóvenes con depresión. En este sentido, el estudio reveló que las fotos subidas a Instagram por personas deprimidas tienen más probabilidades de basarse en tonos azules, grises o oscuras, que por lo general recibían menos me gusta. Además, respecto a los colores, el estudio también determinó que los usuarios de Instagram deprimidos tenían una preferencia excesiva por filtrar todo el color de las fotos publicadas, y mostraron una aversión a las fotos artificialmente procesadas, en comparación con los controles realizados a usuarios no deprimidos.
Lógicamente, todo esto se basa en un control basado en un algoritmo artificial, y algunas de la relaciones del algoritmo podrían generarse artificiales, por lo que de momento este bot solo es útil como ejercicio teórico, pero sin duda, puede ser la base para un futuro en el que la detección temprana de la depresión vía redes sociales sea una realidad.
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