Mente abierta, ese es el mantra que hay que tener en cuenta para entender la nuevas tendencias en alimentación. Grillos, gusanos u hormigas son pilares fundamentales en esas dietas basadas en la entomofagia. Posiblemente, la dieta del futuro.
La FAO, organización de agricultura y alimentos de las Naciones Unidas, lleva años trabajando en un programa propio a través del cual busca promover la alimentación basada en insectos. Por una parte es un recurso medioambiental numeroso, pero también proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado. En otras palabras, para Naciones Unidas los insectos suponen un recurso básico para paliar el hambre en el mundo. Y así ha defendido la organización en varios artículos; la suerte quiso que uno de ellos fuese a caer en las manos de Gabriel Vicedo durante el verano de 2016.
Vicedo se encontraba terminando la carrera de ADE por aquel momento, pero pronto reunió a un grupo de amigos para presentar la idea que venía defendiendo la FAO durante años. Sólo dos de ellos entendieron el nicho de mercado que se abría delante de sus ojos y que realmente había posibilidad de crear una empresa con el objetivo de vender productos a base de insectos en España; un proyecto interesante cuando uno de ellos es nutricionista. Alberto Mas y Francisco Rodríguez se unieron a lo que hoy se conoce como InsectFit, elegida en la nueva ronda de aceleración de Lanzadera, de Juan Roig.
De la idea al negocio
Existe un gran número de estudios que hablan sobre la alimentación a base a insectos: sus beneficios para la alimentación están comprobados. Pero crear negocio a partir de esto en España es sumamente complejo. En primer lugar, explica Gabriel porque "pocos entienden lo que buscan".
En España existen varias granjas dedicadas a la producción de insectos. En Madrid, en Pozuelo de Alarcón, se ubica una de ellas pero es propiedad de una biotecnológica que emplea estos animales para la producción de proteínas para uso médico. En Alicante se puede encontrar una granja de moscas y en Málaga otra de ellas. ¿El problema? La mayor parte o son muy pequeñas o no están enfocadas al consumo humano directo. Desde luego, nada comparable a las granjas de Alemania o Tailandia, la mayor exportadora del mundo. Es más, si ya son pocas las granjas que crían a estos pequeños animales, la realidad es que todas ellas venden fuera de España. El resultado es salir a comprar fuera, para intentar producir aquí a partir de las harinas ya tratadas. Y aquí viene el segundo gran problema, según Gabriel:
"Es un un tema poco problemático porque hemos hablado con todas las fábricas y nos dicen lo mismo : que nunca han trabajado con eso y les impacta. Es curioso porque no entienden lo que queremos. Y queremos lo mismo, barritas energéticas pero con esta materia prima, pero nos dicen que tienen que hacer sus estudios para ver cómo funciona".
Porque básicamente InsectFit se basa en eso: harinas y barritas energéticas a base de grillo común y gusano de la harina. "El primero de ellos porque es el más comercializado y porque es el que más nutrientes aporta", explica Gabriel. Vender bichos en estado físico, de momento, es una idea que en InsectFit no valora: "eso es otro mundo que va mucho más a futuro". Y aún así, cambiar la mentalidad de los consumidores es una tarea muy compleja: aunque no veas el bicho, al final sabes que está ahí de alguna forma u otra. Sabiendo que esto impacta, y mucho, InsectFit ha presentado su proyecto de la mejor manera posible, para que, de alguna que tanto los futuros inversores como los clientes lo entiendan. ¿Quién iba a pensar hace unos años que comer arroz enrollado a un trozo de pescado crudo iba a tener tanto éxito? Salvando las distancias, sería la misma historia. "La gente necesita tiempo de adaptación, pero lo que queremos hacer es que la gente lo conozca", explica Gabriel.
Primero bajo pedido en la web, para pasar después a los herbolarios y pequeños comercios de alimentación muy especializada. A un largo espacio de tiempo, lo ideal sería posicionarse en puntos de venta enfocados al gran público. Los grandes centros de alimentación que, por qué no, podrían en algún momento ofrecer esta variedad de alimentos. Sin embargo, a día de hoy pocos se arriesgarían a ocupar un lugar en sus estanterías con este producto que, de momento, tiene unas previsiones muy bajas en ventas. De hecho, quién sabe si con la entrada de InsectFit en Lanzadera se podrían acercar un paso más a los puntos de venta de Mercadona, la joya de la corona de Roig.
Otro punto de venta estrella, ya no solo para ellos, sino para este tipo de productos, son los gimnasios. Puntos donde se consume un gran número de barritas energéticas, donde el culto al cuerpo marca la pauta y se huye de todo lo que engorda. Dicho de otro modo, la dieta a base de insectos sería clave:
"Queremos promocionar las barritas en gente deportista porque son menos aprensivos a la hora de comer cosas que son buenas para el cuerpo. Cuando hemos contactado con gimnasios muchos nos han escrito pidiendo más barritas".
En cuanto al sabor confirman que, en contra del mito popular del gusto a pollo, los productos a base de insectos recuerdan a los frutos secos.
El boom de los bichos llegará en enero
Al contrario que la producción de carne tradicional, la cría de insectos puede ser un negocio relativamente barato. Su pequeño tamaño les permite habitar en granjas verticales, por lo que consumen mucho menos espacio. Además, su alimento y gasto de agua es casi nulo Por supuesto, consumen mucha menos energía porque no necesitan apenas luz. A diferencia de las vacas, uno de los elementos más contaminantes del mundo, los insectos no contaminan. Y, por último, con un volumen de población mundial creciente, el consumo de carne es un recurso insostenible; los insectos no.
Con este pretexto, la Unión Europea decidió regular este "nuevo alimento". Hasta 2015 su consumo no estaba reglado por ninguna norma de sanidad, producción o comercialización. La Unión Europea ponía como fecha límite el 31 de diciembre de 2017 para que cada estado miembro aplicase la regulación dentro de sus fronteras. Francia, Holanda y Bélgica, por ejemplo, ya han aplicado la nueva normativa, mientras que España esperará a la fecha límite para incluirla. Esto quiere decir que, hasta hoy, la venta de productos fabricados con insectos está totalmente prohibida hasta la entrada del próximo año.
Una vez se abra la veda es de esperar que surjan un gran número de compañías vinculadas a la venta de productos de insectos. Bitty, en Estados Unidos, es una de las compañías más grandes que admite envíos a diferentes regiones del mundo, -eso sí, previo pago de los gastos de envío-. Su especialidad: las galletas de grillo. Chrips, que también trabaja a nivel mundial, también se centra en los grillos, pero en formato dorito. Chapul, localizada en México donde la tradición de comer insectos está mucho más arraigada que en España, se especializa en la venta de barritas de grillos.
Ahora la pregunta está clara, ¿el ciudadano común incluirá estos alimentos en su dieta?