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Cliff (Wikimedia)

Las medusas aparecen en las playas españolas de forma estacional. La proliferación de estos organismos marinos se da especialmente entre el comienzo de la primavera y el final del verano. Su presencia en la costa depende además de múltiples factores, tales como las lluvias, las corrientes del mar o los vientos. Según el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el aumento de los bancos de medusas en el litoral puede deberse a condiciones climatológicas, a la contaminación por hidrocarburos o a la sobrepesca.

La proliferación de medusas en las costas españolas tiene además un importante impacto en el turismo y en la sanidad. Las criaturas marinas, empujadas por las corrientes y los vientos, llegan a las playas y las calas, afectando a miles de bañistas que sufren las consiguientes picaduras y molestias. Para conocer en tiempo real si hay medusas en la zona en la que estamos, los investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) han desarrollado la aplicación móvil Medjelly para vigilar la presencia de estos seres marinos en las playas de Cataluña e Islas Baleares. Pero ser precavido muchas veces no es suficiente y, por desgracia, en ocasiones sufrimos la picadura de una medusa. ¿Qué causa las molestias? ¿Y qué podemos hacer si sufrimos un envenenamiento?

¿Por qué nos pican las medusas?

Estos animales invertebrados marinos cuentan con unas células urticantes en el interior de sus tentáculos, también conocidas como nematocistos. Estas estructuras les sirven a las medusas como mecanismo para atrapar a sus presas o como herramienta de defensa, ya que las células contienen una cápsula con un filamento tóxico, que liberan para inyectar el veneno. Los bañistas que se topan con una picadura de medusa sufren síntomas como dolor, inflamación o enrojecimiento, que generalmente son leves y remiten con el tiempo. Su gravedad depende, no obstante, del tipo de especie de medusa que nos envenene; la avispa de mar o Chironex fleckeri, por ejemplo, se considera la más tóxica.

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Fuente: Pixabay.

Como describen en un artículo publicado en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas, existen diversos tipos de reacciones que aparecen tras la picadura de una medusa. En los casos más graves, la muerte por envenenamiento de estos seres marinos se produce por un mecanismo de hipersensibilidad en el paciente o como consecuencia del efectos de las toxinas sobre el sistema cardiovascular, hepático o respiratorio del afectado. Lo más frecuente, sin embargo, es que aparezca una lesión rojiza e inflamada en la piel y vesículas dolorosas, a menudo con un patrón característico de 'latigazo'. Según la Asociación Española de Pediatría, las reacciones que cursan con debilidad, dolor de cabeza, fiebre o confusión mental son raras.

¿Qué hacer ante una picadura de medusa?

En primer lugar debemos salir del agua, ya que si el envenenamiento produce una reacción anafiláctica, el paciente podría ahogarse en el mar. Una vez fuera del mar, la recomendación más importante es evitar la liberación de las sustancias urticantes tras la picadura de una medusa, por lo que no debemos frotar la zona ni poner en contacto directo la piel con hielo. Tampoco tenemos que utilizar agua dulce para limpiar la lesión, ya que las células urticantes que quedasen podrían estallar y extender la afección; sin embargo, sí se aconseja la utilización de agua salada fría, ya que con ella no se rompen las células procedentes de los tentáculos de las medusas y así produciremos el arrastre de los filamentos y tentáculos, junto con una vasocontricción de la zona para calmar la inflamación y el enrojecimiento. Otra recomendación es evitar aplicar orina o bebidas alcohólicas en la zona, pues pueden modificar el pH y activar de nuevo los nematocistos y el envenenamiento.

La Asociación Española de Pediatría aconseja aplicar localmente una solución con alcohol al 60% o amoníaco diluido en agua antes de extirpar los fragmentos de espículas que puedan haberse adherido a la piel. Los pacientes también pueden tomar analgésicos por vía oral o tópica para rebajar el dolor y, en función de la gravedad, se pueden prescribir antihistamínicos y corticoides. En función de la especie de medusa que nos haya picado, es factible emplear vinagre al 5%, solución concentrada 1:1 de bicarbonato sódico o solución saturada de sulfato magnésico en una solución de cloruro sódico para lavar la zona. Con el fin de rebajar la inflamación y el dolor, es también posible utilizar una bolsa de hielo —sin aplicar el hielo directamente y sin frotar la piel—, que a buen seguro nos aliviará un poco la región afectada. Si a pesar de estos consejos sigue habiendo fragmentos o restos de medusa sobre la piel, debemos quitarlos utilizando unas pinzas, nunca tomarlos directamente, según recomienda el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

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