No es la primera vez que el matrimonio de Juan Manuel Moreno y Consuelo Cervera firman unos papeles parecidos. La vez anterior sirvieron para ceder 1.000€ al Instituto de Biomedicina de Valencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En esta nueva ocasión, el monto total asciende a 1.200€. Este dinero servirá a la investigación de la enfermedad de Alzheimer. Un dinero, por cierto, procedente nada menos que de una fiesta de cumpleaños. La voluntad de la pareja aparece cristalina ante los investigadores: “en nuestra familia hace tiempo que decidimos que en lugar de recibir regalos por los cumpleaños, podíamos abrir una cuenta y decir a los invitados que el dinero que ingresaran allí iría destinado a fines benéficos”, explicaba Juan Manuel. Y sus mejores deseos se están cumpliendo.
Los ciudadanos con la ciencia
Acompañados por Ana Morón Esteban, gerente de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia, la pareja volvía al IBV para hacer una nueva aportación este año. Allí, reunidos con el investigador del CSIC Jordi Pérez Tur, firmaban el acuerdo de cesión que ha encendido esta historia. Pero como decíamos, no es la primera vez. El pasado 14 de febrero, en honor al cincuenta cumpleaños de Juan Manuel, Consuelo donó 1.000€ procedentes de los obsequios de la celebración. La madre de la donante sufre Alzheimer, así que decidieron donar el dinero para impulsar la investigación. En esta ocasión, la donación tuvo lugar un 14 de julio, en aras a otro cumpleaños. La figura de Pérez Tur, director del IBV, sirvió de mediador con la institución, de nuevo. Su grupo de investigación se interesa por enfermedades que afectan al sistema nervioso central como el Parkinson o, por supuesto, el alzhéimer.
El coordinador institucional del CSIC en la Comunitat Valenciana, José Pío Beltrán, no dudaba en exaltar tiempo atrás la voluntad de la pareja: "[hay que destacar] la importancia de gestos como el de Consuelo Cervera porque son un reflejo del gran valor que la ciudadanía confiere a la labor investigadora como solucionadora de problemas y mejoradora de la calidad de vida, tal y como demuestran las encuestas de percepción social de la ciencia". Y es que en los tiempos que corren, la investigación se realiza, a menudo, apretando los dientes y con más esfuerzo del que debería. Al menos en España (aunque también en otras partes). “Iniciativas como la de Juan Manuel Moreno y Consuelo Cervera nos animan todavía más para seguir con nuestro trabajo al servicio de la sociedad”, comentaba Pérez Tur, tras mirar unos instantes al matrimonio.
Investigación en crisis
Los estudios realizados por la Universidad de Cambridge en colaboración con la Asociación Española de Crowdfunding, según recogía la investigadora Lydia Gil en su blog, la apuesta en España por el crowdfunding científico está en auge. Esto se debe al respaldo de empresas y particulares. En concreto, hemos visto recaudaciones que alcanzan, en suma, poco más del millón de euros en los últimos cinco años. Aún así, es una cifra interesante. Pero miremos más profundamente, ¿qué hay detrás de estos números? El crowdfunding, más que una adición al sistema, un beneficio, se ve en ocasiones como una necesidad. Esto se debe a que contemplamos actualmente mínimos históricos en cuanto a inversión pública en I+D.
Así, son numerosos los centros e investigadores que se han lanzado a captar dinero mediante este tipo de iniciativas. Dinero que, en el peor de los casos, es imprescindible para no tirar a la basura años y miles de euros en investigación. Por desgracia estos casos son mucho más comunes de lo que pensamos. Actualmente la ciencia y su calidad se encuentran constreñidas a presupuestos absurdos. Muchos de nuestros mejores científicos han de marcharse del país sin pronóstico de vuelta temprana. Así, la cesión ciudadana es una medida de salvamento, cuando no debería ser así en ningún caso. Por lo menos, gente como Juan Manuel y Consuelo sirven de ejemplo: la ciencia somos todos. Y si todos queremos, podemos ayudar a que se siga haciendo.