Nacieron en 2009 en España, pero su uso no empezó a popularizarse hasta la llegada del gigante extranjero. Amovens, dirigida por Mario Carranza, ha pasado por sus más y sus menos, a lo que se le añade una polémica con su rival natural, BlaBlaCar, una ampliación de las verticales del negocio y, ahora, una nueva ronda de financiación.
Ya lo avisaba el CEO de la compañía hace unos meses en una entrevista a Hipertextual: "estamos a punto de cerrar una nueva ronda de financiación en la que participará un inversor del sector seguros". Dicho y hecho. Tras siete meses de negociaciones, la startup española enfocada al sector de la economía colaborativa en los coches ha conseguido levantar 5 millones de euros a través de su matriz, GoMore; la empresa escandinava con la que se fusionó en 2015. También comentaron algo que se ha vuelto a cumplir: querían llegar a Francia. Para ello, la aseguradora francesa Macif ha comprado el 10% de la compañía española. Con esta compra, el valor de la compañía llega a los 60 millones de euros que, comparados con los 1.400 de BlaBlaCar demuestra que aún tiene mucho que hacer. Pero lo importante de todo esto es que sea Francia el país elegido para iniciar su expansión internacional. La cuna de BlaBlaCar y uno de los países donde más cuota de negocio manejan; la francesa no da cifras exactas, pero junto a España y Rusia, Francia está en su top 3. Según Mario carranza, la clave está en su modelo de negocio:
“Nuestra principal ventaja competitiva en Francia será la misma que nos ha permitido alcanzar el millón de usuarios en España: ser los únicos en combinar viaje compartido, alquiler de coches entre particulares y renting. Ofrecemos la revolución social del coche”.
Esta ronda viene justo detrás de una anterior financiada por el fundador de las tiendas Tiger y de la cual sólo se conoció que tenía siete dígitos. Sin embargo, fue el punto de partida para lanzar todas sus nuevas líneas de negocio.
Los negocios de Amovens
Por necesidad o por vocación, lo cierto es que la línea de negocio principal de Amovens se ha visto trastocada con el paso de los años. Con un millón de usuarios en la actualidad, usuario arriba usuario abajo, la actividad primigenia de la compañía era precisamente la misma con la que arrasó España el gigante francés. Los primeros momentos fueron complicados, BlaBlaCar venía con grandes rondas de financiación a sus espaldas y haciendo mucho ruido por lo que la migración de los usuarios pronto se hizo notar. Pero en 2014 algo cambió, la compañía extranjera vio la necesidad de monetizar su actividad al sur de los Pirineos y comenzó a cobrar comisiones. Esto trajo algunas consecuencias curiosos: usuarios que volvieron a Amovens, aunque no los suficientes como para mantenerse, y la confirmación de que el cobro de comisiones sólo traería problemas para la española: las asociaciones de autobuses aprovecharon este movimiento para iniciar sus demandas contra BlaBlaCar por lucrarse de un negocio y realizar competencia desleal. Amovens no podía permitirse el lujo de entrar en el juego legal.
Así que vuelta de tuerca ya jugar con otras líneas de negocio. Cerraron 2015 con 60.000 euros en ingresos y unas pérdidas de 147.000 euros, así que 2016 tenía que ser su año. Abrieron la línea de negocio de renting y alquiler de coches entre particulares. De esta forma se cerraba un círculo perfecto a la hora de proveer a los usuarios de todas las opciones de transporte posibles. Según su lógica, alguien que quiera hacer un viaje, pero no tenga coche, puede alquilar el mismo en la plataforma durante un periodo de tiempo, ya sea corto o largo, y luego aliviar sus gastos buscando a otros usuarios que quieran hacer el mismo trayecto. Todo un ecosistema en sí mismo que, de momento, marca la diferencia con BlaBlaCar.
Y mientras, la polémica continúa
Desde las oficinas de BlaBlaCar aseguran que no han recibido ninguna notificación al respecto, pero las alarmas saltaban cuando Amovens anunciaba que había interpuesto una demanda contra la tecnológica francesa por espionaje. Concretamente espionaje industrial, lo que implicaría competencia desleal hacía la enseña española. El pretexto que esgrime Amovens parte de la base de que BlaBlaCar lleva utilizando un robot, con el perfil de un usuario falso, desde hace tiempo para acceder a los datos de la empresa de alquiler de coches española y hacer un balance de las plazas y viajes disponibles en la misma. Con este método, la compañía tiene la capacidad de hacer frente a su competencia, aunque no está claro cómo.
https://hipertextual.com/2017/06/amovens-demanda-a-blablacar
La cuestión de todo esto es que nunca ha quedado demasiada clara la estrategia en este movimiento. Pese a que la española ha rechazado la opción de cobrar comisiones a los usuarios, BlaBlaCar controla casi toda la oferta de viajes compartidos de España con bastante éxito pese al cambio en los cobros de hace un par de años. Sólo existen algunas excepciones en Andalucía, geografía donde Amovens sigue teniendo gran presencia. Incluso, ya explicaron ellos mismos a Hipertextual que luchar contra el brazo financiero de BlaBlaCar y sus estrategias de marketing era una batalla de titanes, además de que no eran un competidor directo debido a su diferentes líneas de negocio.