Intel pretende acelerar la adopción de la tecnología Thunderbolt 3 liberando la licencia del protocolo, permitiendo que cualquier empresa que quiera fabricar dispositivos con esta tecnología pueda hacerlo sin pagar costos extras por licencias y derechos.
La restricción de licencias de Thunderbolt 3 se levantará a partir de 2018.
Desarrollado de la mano de Apple y Microsoft, la visión de Intel con relación a Thunderbolt 3 tiene que ver con la simplicidad, portabilidad pero sobre todo flexibilidad. Un solo puerto en el cual puedas, por ejemplo, conectar cualquier periférico USB para transferir datos o descargar archivos a altas velocidades, puedas cargar la batería del dispositivo que estás usando o conectar monitores externos de muy alta resolución.
Un futuro con un solo puerto, un solo conector, un solo tipo de cable, de un solo tamaño que haga todo lo que normalmente sueles hacer cuando conectas un cable a un portátil o un smartphone. De hecho es por eso que Thunderbolt 3 usa un conector USB Type-C.
Thunderbolt 3 sería una respuesta estandarizada a lo que Apple ha intentado hacer con el puerto Lightning. Algo muy pero muy delgado, que pueda conectarse de cualquiera de los dos lados, que sea rápido y que no tengamos que usar un tipo de cable para cargar y otro tipo de cable para conectar periféricos. La propuesta de Intel ha gustado entre los fabricantes. Por ejemplo las MacBook Pro actualizadas en 2016 cuentan con dos o cuatro puertos Thunderbolt 3.
El problema es que la adopción de Thunderbolt 3 y dispositivos con USB Type-C ha sido más lenta de lo esperado y sobre todo más lenta de lo que empresas como Apple, Asus o Microsoft quisieran. Después del lanzamiento de las nuevas MacBook Pro se popularizaron las quejas de la necesidad de usar uno o varios adaptadores para conectar cosas tan simples como un adaptador Ethernet, un proyector o un lector de memoria SD.
Pero la propuesta de nuevos estándares siempre será recibido de forma negativa por las masas, aún cuando entiendan que es necesario actualizarse. Pasó con la desaparición de los diskettes o los primeros puertos USB. Nadie quiere desacomodarse. Pero al final todos terminamos aceptando y entendiendo que el cambio era necesario.