Para algunas personas sus niñeras fueron una parte íntima y sentimental en sus biografías. Claramente ese no fue mi caso.

Mis recuerdos presentan una imagen de esa niñera que tanto quería llorando mientras recogía sus cosas. La puerta entreabierta que me permitía ver la escena desplegaba una preocupación nunca antes experimentada por un niño de tres años, y los gritos de mi padre retumban en la habitación todavía.

Esas memorias que recuerdo sólo en anécdotas pasarían en la infamia desde el momento en que mi abuela, en sus últimos meses de vida, revisaba sin previo aviso las botas de la sospechosa en busca de pertenencias perdidas. En menos de dos horas la policía se la llevaba en moto y acusaban ligeramente a mis padres por un mal trato. Llorando inconsolablemente, todas las fotografías de esos momentos en que me dejaban con ella se tacharían en tono enigmático.

Sin embargo, años más tarde comprendí por un todavía más enigmático programa de televisión que la profesión de cuidar niños se trataba de otra cosa que robar anillos de compromiso y medallas de oro falsas.

Y se toma el trabajo de desplegar su magia robando vestuario de la saga de Harry Potter.

Entendí que hay personas que verdaderamente disfrutan con esto de la crianza, y quieren dedicar su vida a limpiar vómitos y cambiar pañales con una enorme sonrisa en la cara.

Mary Poppins, recitada hasta el cansancio en mi casa por su característica de primera película que mis padres vieron juntos, podría llegar volando fuera de la ficción sin tomar en cuenta en lo más mínimo aquella historia que acompañé con ronquidos sobre Tom Hanks queriendo ganar dinero mientras visitaba Disneylandia.

Ubicada en York Place, Inglaterra es muy posible que las prestigiosas niñeras pasen algún día por tu casa flotando junto a sus paraguas mientras permanezcas a la clase alta, o por lo menos tengas la fama necesaria para recibir a estos súper soldados del cuidado infantil.

Aunque dudamos que alguno pueda realizar el baile de Peter Panda con tanta precisión. Walt Disney Pictures.

Con un riguroso proceso de selección al que no pude aplicar por 1.- ser un varón de Venezuela, 2.- tener un prospecto de vida no basado en aprender a cuidar bebés y 3.- el costo total de un uniforme es de casi 900 euros. Básicamente debería gastar unos cuantos meses de mi sueldo en comprar un par de sombreros y algunas chaquetas, pero por los beneficios finales claro que me anotaría.

Si bien la educación en musicales no es la prioridad número uno, la singular Academia Norland tiene la reputación de enseñar habilidades suficientes para liderar una pequeña revolución en algún país tercermundista.

Llevar el símbolo de Norland significa lucir la tradición de 125 años educando a niñeras desde tiempos victorianos donde Emily Ward, una nana preocupada, decidió llevar su labor a un nuevo nivel creando un sistema tan sofisticado que incluso en la actualidad sigue consejos de un ex-militar de inteligencia para contrarrestar cualquier amenaza terrorista hacia al cliente.

Básicamente una agencia mucho más avanzada que Kingsman pero con la misma dosis de estilo inglés.

—Porque claramente podría neutralizar a cuatro pelotones de medio oriente con un solo movimiento.

Con un diploma validado por la Universidad de Gloucestershire y un índice de egresados a lo cual la subdirectora Mandy Donaldson le confesó a Business Insider "Tenemos alrededor de seis trabajos para cada graduado que esté buscando uno", empezamos a pensar que el negocio de cuidar a jóvenes herederos puede ser más satisfactorio y medieval que los cinco años de periodismo necesarios para escribir textos como estos.

Sin embargo el camino a la victoria significa años de preparación y devoción a las múltiples áreas inesperadas que un trabajo como este requiere.

Desde una formación integral en cocina balanceada para todas las edades y condiciones, confección de trajes, costura, clases de manejo para huir de los paparazzis, defensa personal con coche hasta certificación como salvavidas, tácticas para evitar el ciber-terrorismo, instrucción en primeros auxilios, ayuda psicológica y la elaboración de rutinas comprobadas de siestas y alimentación. Hasta cinco años crean a la niñera integral.

Pero se preguntarán lo mismo alrededor de todo el artículo: ¿En verdad lo vale?

Sólo conozcan a Maria Borrallo, la niñera de la nueva generación de la monarquía.

Pues si tener acceso constante a la familia real o ser la niñera de Mick Jagger no son lo suficiente para tener una vida llena de anécdotas —y secretos de estado, por Jagger obviamente—, deberíamos mencionar que muchos de los sueldos anuales rondan los 85.000 euros.

Una vida llena de habilidades especiales y miles de euros pueden ser suficientes para tentar a cualquiera, mas lo importante siempre ha estado en la oportunidad de criar a los hijos de las personas más poderosas del mundo, que por si no lo sabían tiene un infinito espectro de posibilidades a su alrededor.

Si Aristóteles fue el maestro de Alejandro Magno, imaginen lo que podríamos lograr siendo una versión mejorada de Vin Diesel y vistiendo como Colin Firth.