Siderurgia primero, construcciones metálicas después y navales más tarde constituyen en cierta medida nexos de unión sectoriales entre la industria artesanal y la moderna en el País Vasco.
La paulatina desaparición de las ferrerías fue de la mano del crecimiento de los hornos altos constituyendo la avanzadilla de una nueva industria. El intenso proceso de industrialización del País Vasco, menos intenso o ausente en el resto de España, salvo Cataluña, dio lugar a que con el hierro de sus minas en Vizcaya y Guipúzcoa se fabricara acero, y con el acero, se construyeron bicicletas, armas, ferrocarriles maquinarias y barcos.
Tras la siderurgia, la construcción naval: a la sombra de los hornos y los trenes de laminación, las gradas de Astilleros del Nervión comenzaron a experimentar un crecimiento que sería el anticipo del "boom" naviero de la I Guerra Mundial (Aznar, Bilbaina, Naviera Vascongada, Ibarra, etc.).
Tras el boom que para la economía vasca supuso la I Guerra Mundial, singularmente para la banca y las navieras, gracias a su papel abastecedor a nivel peninsular en sustitución de las importaciones de los paises implicados. Simultáneamente hacen su aparición otros dos que tendrán en Gipuzkoa su máximo desarrollo: el del papel y el textil. A partir de 1954, se inicia el proceso de fabricación de automóviles en el estado, no siendo más que un corto episodio en la historia de la motorización que calará con más fuerza en otras comunidades. Por último, la industria del equipamiento del hogar permitió la aparición de numerosas empresas del sector.
Todos estos siglos de creación y transformación de la trama industrial en el País Vasco han originado una alta concentración de instalaciones industriales, áreas y núcleos que no han favorecido la aparición de nuevas zonas rurales. Y a pesar de que la estabilidad económica ha sido generada por esta industria, son ahora otros apartados como el medioambiental los que deberían preocupar a la sociedad teniendo en cuenta que el consumo de energía global se duplicará en la próxima década. Sin ir más lejos, el último gran paso adelante industrial, pero eficiente medioambientalmente, han sido los nuevos motores de gas E-series de 2 megavatios de potencia que Siemens España ha presentado en su propio centro de I+D+i en Miñano.
Basados en la tecnología termodinámica de ciclo de combustión Miller que asegura una alta eficiencia y mínimas emisiones, estos motores a través de la generación eléctrica en el sitio y la recuperación de calor que normalmente se desperdiciaría en una planta de energía convencional. Las principales ventajas de este tipo de motores de gas son la reducción en los costes de energía y en las emisiones de carbono. A pesar de que el gasto en I+D en España es la mitad que la media europea, con este tipo de pasos adelante se fomenta el empleo y se mejora la competitividad de la economía española.