Mirad al flamenco, ahí parado con su intenso color rosa manteniéndose sobre una sola pata. ¿Qué tramarán tras sus ojos amarillos mirando a la nada? Estos animales, por su color y sus hábitos de vida, han sido siempre un icono de la naturaleza o, incluso, de la cultura pop. El cuerpo de estos animales podría encerrar algunos de los secretos mejor guardados por la naturaleza sobre el equilibrio. Algo que, como animales que viven a dos patas, nos interesa mucho desvelar.

El secreto del flamenco muerto

Los flamencos pueden permanecer mucho más tiempo del que imaginamos con una sola pata levantada. Y cuando decimos mucho, nos referimos a mucho. De hecho, los flamencos duermen en esta posición. ¿Y no se cansan? No, esa es la cuestión. Entender este hecho puede ser crucial para mejorar algunos diseños de ingeniería, así como para comprender mejor nuestra anatomía. Todo esto puede ayudar a mejorar nuestra medicina de rehabilitación o el diseño de prótesis, entre otras cosas. Pero volviendo a estos seres rosas, ¿cómo consiguen mantener el equilibrio sin cansarse? El truco está en sus patas. Un reciente estudio ha comprobado que los flamencos mantienen el equilibrio con apenas esfuerzo muscular. Para que lo entendamos, nosotros nos mantenemos erguidos con relativo poco esfuerzo gracias a nuestra posición corporal. Los músculos de la columna, piernas, cuello... el conjunto minimiza el esfuerzo. Sin embargo, en el caso de los flamencos, este mínimo prácticamente no existe.

¿Y qué mejor manera de comprobar que no se usan los músculos que emplear a un flamenco muerto? Efectivamente, para poder comprobarlo, los investigadores tomaron el cadáver de dos flamencos procedentes del zoo. Uno de ellos fue puesto con la sola ayuda de algunas abrazaderas para comprobar si el flamenco muerto era capaz de mantener el equilibrio. Y sí, lo fue. El otro cadáver fue empleado para diseccionarlo y entender qué músculos actúan y cómo lo hacen. Y lo que descubrieron no es sólo que los flamencos pueden mantener el equilibrio de forma pasiva sobre una pierna. Sino que es imposible que lo hagan gastando menos energía sobre las dos.

El truco está en el peso del pájaro. Cuando se coloca sobre una pata, el flamenco "bloquea" las patas en una posición concreta. De esto se encarga el "aparato de parada", un conjunto de músculos y ligamentos que impiden el movimiento desestabilizador del animal sin que este tenga que usar ningún otro músculo. Esto sólo ocurre cuando la pata del animal se encuentra justo debajo de su cuerpo, la posición que adopta de forma natural. Este estudio muestra el primer caso de equilibrio pasivo dirigido por la fuerza de la gravedad que se haya encontrado en animales tan grandes. Esto se traduce en que el flamenco no necesita hacer un esfuerzo consciente para mantenerse en equilibrio ya que su pata está anatómicamente preparada para encargarse de ese trabajo.

Más curiosidades rosas

Y ahora que sabemos cómo los flamencos se paran sobre una sola pata aclaremos otro misterio, ¿para qué lo hacen? La respuesta es conocida desde hace tiempo: una cuestión de termodinámica. Las plumas de los flamencos están preparadas para mantener la temperatura del animal en su interior. Sin embargo, las patas y el pico pierden calor. Especialmente si tenemos en cuenta su contacto con el las aguas someras a las que suelen estar sometidas. Los flamencos se mantienen con una sola pata, recogiendo la otra sobre el cuerpo, para mantener el calor. Sin embargo, esta hipótesis nunca les ha parecido suficiente a los zoólogos. La versión de la pasividad muscular, sin embargo, podría ayudar a explicar este hecho, ya que dormir sobre dos patas les cuesta más que descansar sobre una.

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Pero las curiosidades de los flamencos no se acaban en las patas. ¿Qué hay de su color rosa? Las diversas especies de flamencos son todas de diferente tono rosa. Desde el más claro europeo hasta los chillones fucsia de California. Pero los flamencos nacen con un brillante color blanco. No es hasta unos meses después que estos animales adquieren el tono. Un tono nada común entre los animales, por cierto. El secreto está en los carotenoides, pigmentos anaranjados y rojos, que obtienen de la dieta de pequeños crustáceos que devoran entre los limos. Estos pigmentos, comunes en los artrópodos marinos, son disueltos en las grasas y asimilados para incluirlos en las plumas. No sabemos muy bien cuál era el papel primitivo de dichos pigmentos, pero ahora ha adquirido un rol social muy importante, asegurando el apareamiento de los machos más vistosos.

Otra curiosidad de los flamencos está relacionada también con su alimentación. Y es que estos animales son capaces de separar el alimento del barro y el agua hipersalada gracias a sus picos especiales y a un movimiento que realizan a la hora de alimentarse. Para beber, puesto que suelen habitar marismas hipersalinas, cuentan con un sistema de filtrado que les permite eliminar el exceso de sal mediante unas glándulas especiales que tienen en el pico. Esto les permite vivir y alimentarse en sitios del todo prohibidos para otros seres vivos. Los flamencos, con su esbelta figura, desafían a otras especies tanto a nivel fisiológico como físico, mirando con esos inquietantes ojos amarillos, desde el interior de las lagunas como diciendo: "seguimos aquí; y aquí seguiremos viviendo nuestras rosas vidas, cuando tú te hayas ido".

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