El ataque mundial de ransomware que saltó a las noticias el pasado viernes por afectar a grandes empresas españolas, incluyendo a Telefónica ya se ha convertido en un problema global que afecta a centenas de empresas importantes alrededor de mundo causando millones de dólares en pérdidas a medida que infecta más equipos en todo el mundo.

El ataque ha causado estragos, al punto de detener la producción en línea de coches en las plantas de fabricación de Renault, afectar la operación de envíos de Fedex en Estados Unidos o interrumpir el servicio de 48 organizaciones relacionadas a la seguridad social de Reino Unido.

México es otro de los países donde Wannacry ha afectado fuertemente al sector bancario, empresas de telecomunicaciones de retail y minoristas según informe de Trend Micro. Colombia es otro de los países latinoamericanos que ha sufrido consecuencias por el ataque de ransomware. El Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones del país confirmó a El Tiempo que una entidad pública fue una de las víctimas.

Wannacry en escaparate de una tienda de Desigual. Foto: Vladimir Ivanov

Lo importante es no pagar el rescate

La regla número uno que deben de seguir las víctimas de ataques ransomware es nunca pagar el rescate. No solo es irresponsable, ya que en caso de hacerlo se incentiva a más ataques de este tipo, sino que tan solo un 30% de las personas que pagan logran volver a acceder a sus archivos.

Aún así, de acuerdo a la firma de seguridad SonicWall, tan solo en el primer trimestre de 2016 se llegaron a pagar casi 210 millones de dólares para recuperar archivos cifrados por algún ataque de ransomware, un negocio millonario de cifras que lamentablemente hacen que este método de extorsión sea cada vez más común.

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