En lo que llevamos de 2017 hemos podido comprobar como muchos fabricantes están apostando fuerte por aumentar la autonomía de sus vehículos eléctricos. Lo han hecho Kia, Renault y Hyundai, entre otras. Y es que el mayor hándicap al que se enfrentan los usuarios a la hora de decantarse por la compra de un vehículo eléctrico es el miedo a quedarse sin batería en el momento en el que salgan de los trayectos rutinarios. Cualquier opción que deba ser considerada seria, debería superar los 250 kilómetros.

El primer modelo e-Golf de Volkswagen resultó interesante en la teoría, pero en la práctica tenía que conformarse con “sólo” 190 kilómetros. Ahora, con una autonomía de 300 kilómetros, está preparado para asentarse en el mercado eléctrico y consolidarse como una opción a tener en cuenta por todos aquellos que se sienten atraídos por los vehículos eléctricos pero que no quieren renunciar a un vehículo de prestaciones superiores.

Además de la autonomía, la batería de iones de litio del nuevo e-Golf tiene una densidad energética de 35,8 kWh (frente a los 24,2 kWh del modelo anterior). Su nuevo motor eléctrico desarrolla una potencia de 100 kW (136 CV) en lugar de los 85 kW (115 CV) y un par máximo de 290 Nm (anteriormente era de 270 Nm).

Por su parte, los tiempos de carga de su batería están sujetos a la fuente de corriente que utilicemos en cada momento. Con el enchufe convencional de 230 V (a 2,3 kW) la duración de la carga total de la batería es de 17 horas; en un wallbox con 3,6 kW es de aproximadamente 10 horas y 50 minutos; en el wallbox de 7,2 kW la duración es de 5 horas y 20 minutos; y con el sistema CCS (Combined Charging System) con 40 kW solo se necesitan 45 minutos para cargar la batería al 80%.

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