Venezuela vive una de las peores crisis de su historia. La comida escasea, los delincuentes actúan con total impunidad y la democracia murió hace años. El estado fallido se mantiene bajo el control de un pequeño grupo que se aferra al poder como si fuera la última rama que los separa de una caída devastadora.

El presidente Maduro ha pasado de negar la existencia de la crisis, a pedirle a la ONU que envíe medicamentos para aliviar la escasez. Pero claro, niega que sea merecedor de culpa en lo absoluto.

La última jugada del gobierno fue emitir una sentencia a través del Tribunal Supremo de Justicia (el cual controlan completamente) anunciando que los poderes que le correspondían a la Asamblea Nacional pasaban a ser parte del poder judicial. Es decir, cualquier cosa que haga el parlamento (de mayoría opositora) ya no vale, todas las decisiones de corte legislativo serán tomadas por dicho Tribunal, compuesto por magistrados abiertamente chavistas.

Varios países reaccionaron negativamente frente a este golpe de estado. El gobierno de Maduro por fin se enfrentaba al escarnio público que desde hace tiempo merece. Sin embargo, para tratar de maquillar las cosas, la fiscal general (también abiertamente chavista) declaró que la sentencia de Tribunal Supremo era inconstitucional. Es decir, reconoció que fue un golpe de estado. Esto obligó a los magistrados a revertir su decisión. ¿Problema resuelto verdad?

Técnicamente fue solo un "intento" de robo. No hay nada de qué preocuparse.

Los diputados de la asamblea se enfocaron en destituir a los magistrados irresponsables, pero esto fue negado de nuevo por la bancada oficialista, los cuales estaban básicamente protegiendo a sus amigos.

Este desconocimiento a las elecciones parlamentarias de diciembre del dos mil quince fue lo que motivó una serie de protestas masivas. Se suma al hecho de que el gobierno se ha negado a realizar las elecciones que estaban pautadas para este año, por miedo a sufrir una victoria contundente.

Las siguientes fotografías demuestran un abuso de poder enorme por parte del poder ejecutivo. Para darles contexto: el metro de Caracas (la capital de Venezuela) es cerrado casi por completo (la gran mayoría de estaciones) cada vez que la oposición convoca una marcha. En cambio, cuando la manifestación es a favor del gobierno, el metro está abierto y el pasaje es gratis. De la misma forma, cuando se planea una reunión masiva del chavismo, los policías bloquean los espacios necesarios y asisten a los manifestantes en todas sus necesidades. En el caso de las protestas opositoras, bueno, verán a lo que me refiero a continuación.

REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
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Colectivos oficialistas dispersan manifestantes. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
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