La primavera forzada

Ya se acerca la primavera, y poco puedo saber, En mi país no hay estaciones, pero la siento sin más. Aquel sentimiento me desespera, ese impedimento de desconocer, Debo enumerar algunas razones, que en este poema absurdo leerás.

Los árboles retoñan esa sería la uno, mil flores que se postran he ahí la dos. Fotografías que se muestran ya tenemos la tres, ideas se secuestran puede ser la cuatro.

Vaya chiste malo, que he plasmado sin sentido Creo que es mejor que acordemos, que la poesía no es lo mío. Un punto sin no retorno, de verdad me he vuelto un lío Quizás sea el único que lea esto, o termine en un río.

"o termine en un río" —he aquí lo que pasa cuando se te acabaron las rimas y llevas un chiste malo a su última expresión. Blue Sky Studios.

Finjamos que lo de arriba nunca pasó y continuemos con el artículo.

Tendemos a tener una visión simple de las flores que no va más allá de poemas cursis y ramos de felicitación, pero aunque muchos finjamos tener una conexión superior con la naturaleza y al ver una la olemos en un silencio incómodo, estamos realizando el acercamiento incorrecto para tener una conexión fingida.

Esas flores rojas y violetas azules empiezan a perder interés después de unos cuantos años de apreciación, y tenemos a un fotógrafo que se interesa demasiado por cambiar nuestro enfoque hacia ellas.

Craig Burrows utiliza filtros ultravioletas y se adentra en la completa oscuridad de su jardín para capturar la variación de colores y tonos que las flores experimentan bajo los efectos fluorescentes. Cada vez que el sol las roza, estas cambian de pigmento en respuesta y el resultado se asemeja a un viaje psicodélico y tibetano hacia el mundo de los muertos.

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