Otra de las startups nacidas del Creative Lab de Samsung ha desarrollado una tecnología para navegar en realidad virtual que, entre otras cosas, podría permitir abandonar la idea de los mandos o botones hápticos, que a día de hoy supone uno de los grandes factores opuestos a lograr una experiencia natural y, por tanto, de inmersión.

Con FaceSense, nombre con el que han llamado a la tecnología, se aprovechan y se toman las señales eléctricas de la cara como fuente de introducción para moverse en distintas áreas de realidad virtual. En una era en la que se dice que la voz y la conversación pueden ser el próximo hito en tecnología, FaceSense las integra para controlar de manera más intuitiva la interfaz, el contenido multimedia, los juegos o incluso los lejanos mundos que presentan aplicaciones como traVRer.

FaceSense aporta algo más que una buena experiencia o ejemplo de uso práctico de la biometría. Para personas que sufren de discapacidad, la realidad virtual podría ser siempre algo muy lejano en tanto en que el manejo de las interfaces implique movimiento de las extremidades, y con soluciones como esta se rompen brechas enormes.

De momento, FaceSense sólo es un prototipo construido en base a las Gear VR, pero según sus creadores ofrece un terreno muy fértil para que el campo de la biometría siga creciendo alrededor de la realidad virtual. El control mediante el seguimiento del rostro, la monitorización de la tensión muscular o el seguimiento de ojos pasan por ser el futuro de tecnologías que, como insiste Mark Zuckerberg, persiguen formar parte de nuestra vida sin que se note o usarlas sea un hecho excepcional.

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