Lo único que falló en esta boda fue que el castillo de Hogwarts no estaba disponible en el gran día de Cindy y Matthew. Por todo lo demás, la ceremonia estuvo totalmente preparada para que la pareja y los asistentes se sintieran dentro del universo de Harry Potter.
Cindy es una fan de los libro de J.K. Rowling y no dudó en elegir la magia como tema principal de su boda cuando su novio Matthew le pidió en matrimonio. El novio no había leído los libros ni visto las películas en ese momento, pero antepuso la felicidad de su futuro esposa y aceptó una ceremonia temática.
A partir de ese momento, Cindy, diseñadora web y calígrafa, empezó a realizar por si misma las invitaciones para la boda, muy parecidas a las cartas que reciben los nuevos alumnos de Hogwarts y al Mapa de Merodeador. En la invitación no podía faltar un pase para el andén 9 y tres cuartos.
El castillo escogido para el gran día fue el Hollywood Castle de Los Ángeles, California, un lugar que "capturó el sentimiento mágico de Hogwarts", explicó Cindy en la página de Martha Stewart Weddings.
Las damas de honor, amigas de la novia desde la primaria, se vistieron de negro y rojo vino, los colores de Gryffindor, la casa de Harry, Hermione y Ron. La pareja pidió a los invitados que se vistieran de manera formal pero siendo fieles al estilo de la saga.
Cindy también se encargó de crear varitas mágicas como las que compran los protagonistas de Harry Potter en Ollivander, la tienda de varitas más famosa del callejón Diagon. Durante el banquete, todos los asistentes tenían en sus asientos una varita con un papel en el que se escribió: "Lanza un hecho de amor y alegría a lo largo de la noche".
El banquete de la boda parecía una de las concurridas cenas en el salón de Hogwarts. No faltaba detalle: las mesas largas de madera, las velas flotantes y cócteles de bienvenida llamados Honeydukes, como la tienda de dulces de Hogsmeade.
Después de la boda, Matthew se leyó todos los libros de Harry Potter.