Veamos por un segundo nuestra imagen del renacimiento: hombres con barba que inspiraron a algunas tortugas a combatir el crimen escribiendo cifrados ultra-secretos en sus obras divinas. Simplemente aburrido.

Detrás de los grandes nombres y las leyendas, las sombras crearían tal contraste que una nueva técnica llamada claroscuro sería implementada, dejando en la oscuridad a una gran cantidad de artistas que dieron todo por la expresión. Y por mucho que te preguntes, esta nueva generación no llevaba barba.

Una en particular llama la atención: Artemisia Gentileschi, la mayor de cuatro hermanos y oficialmente la protagonista en una historia de mentiras, violaciones y arte.

—Henos aquí cerdo violador.

Esas caras vengativas comenzarían su gestación tempranamente, cuando la joven Artemisia manifestaba su amor incondicional por la pintura. Afortunado era su padre Orazio quien se había mudado a Roma en busca del talento renacentista, y ahora debía guiar a su hija por el buen camino.

La niña recorría los cuartos observando bellos contrastes de luz, tenía talento y se obsesionaba cada vez más con emular las obras de un tal Caravaggio. Finalmente las violentas oposiciones de sombras llegarían a su vida.

Siendo contratado para pintar los frescos del Casino de las Musas, su padre conocería a su buen amigo Agostino Tassi, y le ofreció el honroso empleo de darle lecciones artísticas a su querida hija Artemisia. Grandes porvenires venían para la familia, cuando a la edad de 18 años su querido maestro de pintura llevó a la joven artista a una habitación y abusó de ella sexualmente.

...Me puso una mano con un pañuelo en la garganta y en la boca para que no gritara (…). Yo le arañé el rostro y le tiré del pelo".
Susana y los mayores, de Artemisia Gentileschi.

Llevándolo a juicio después de un año completo rodeado de inseguridad, miedo y ansiedades la joven fue deshonrada al estilo renacentista. Por haber perdido su virginidad con un hombre casado era recriminada y justo como la Susana de sus pinturas, había quedado indefensa e impotente.

Mientras Agostino Tassi esperaba en el juzgado por alguna sentencia, la chica era torturada enfrente suyo por las autoridades en busca de la "verdad". "¡Este es el anillo que me diste y estas son tus promesas!" gritaba mientras sus dedos eran maltratados al punto de la ruptura y aceptaba desesperadamente cada palabra dicha sobre la violación que tomó lugar.

Tassi fue condenado a un año de prisión, del cual no cumplió ni un sólo día. Artemisia fue casada apenas dos días después con el pintor florentino Pierantonio Stiattesi mudándose a Florencia para continuar su vida artística.

Restauración con rayos X de la pintura.

Su carrera se desarrolló exitosamente como una de las grandes representantes del Barroco, mostrando cuadros de mujeres guerreras, valientes, fuertes y vengativas. Todo aquello en lo que se había transformado.

La escena bíblica de "Susana y los viejos" que usualmente era representada con deseo sexual femenino se trataba con cierto disgusto. Mostrando a una Susana vulnerable que deseaba inconsolablemente terminar con las terribles amenazas que se le presentaban, justo como en su propia vida personal.

Hasta 1970 sus pinturas permanecieron en la oscuridad de los recuerdos, siendo olvidada completamente tras su muerte en 1654. Pero siendo mantenida como una líder feminista, se encontró la venganza artística más grande de todos los tiempos.

Simplemente tomó muchos años de rencor y miedo que mostrarían una de las escenas más potentes en la escena renacentista.

Venganza al estilo del Viejo Testamento.

Una de sus obras más famosas sería "Judith decapitando a Holofernes", escena bíblica que pintó en tres ocasiones.

Cortando la carne que rodeaba su cuello, él sabe exactamente lo que está ocurriendo y ella no duda en decapitar al animal. Sangre y venganza rodean este autoretrato, donde hace pagar a quien la abusó sexualmente de una forma lenta, infinita e histórica.

Siendo toda una heroína por pintar en un tiempo donde la mujer era obligada a ser un accesorio, dejó su marca permanente condenando el crimen al cual la justicia no fue suficiente y enseñando uno de los retratos más viscerales y verdaderos que la artista más ruda de todos los tiempos usó para vengarse de toda una sociedad y del hombre que se atrevió a ponerle las manos encima.

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