Estás sentado en tu despacho acomodado por una confortable chimenea que ilustra años y años de trabajo que te han convertido en el padre de la física moderna. Juegas con tu cabello, lees un poco de la Biblia y alguien toca a tu puerta.

Todos tenemos una vida secreta, el simple hecho de sentirse ofendido cuando alguien ataca nuestra intimidad nos demuestra que nos falta mucho para llegar a ser transparentes —si es que alguna vez llegaremos a serlo—, pero hay vidas secretas que van más allá y hacen que esas costumbres indebidas dejen de tener valor de comparación alguno.

¿Quién se atreve a molestar al gran Isaac Newton? —piensas mientra abres la puerta. Un corresponsal de El Royal Mint se encuentra en la entrada con una proposición:una posición muy bien pagada en la industria de imprimir billetes.

Quizás el gobierno necesitaba encontrar una forma convincente para invocar luces, manzanos y astros.

Según lo veo, no hay nada deseable en la estima pública o la fama, si yo fuera capaz de adquirirla y mantenerla. Tal vez sería aumentar mi relacionamiento con lo cual haría declinar mi capacidad para estudiar

Sir Isaac Newton contaba del prestigio necesario después de inventar el cálculo y descubrir las leyes de la gravedad, prácticamente inventó la mitad de la física que estudiamos en el instituto. Y sentado en los mayores puestos de la Academia, su capacidad de estudiar se redujo para conseguir una capacidad muy diferente.

—Soy un físico de 53 años, por qué el gobierno me querría para manejar las tasas de cambio.
—Lo queremos señoría, o más bien, lo necesitamos.
—Con tal de recibir una buena ganancia me da igual cuántas monedas deba inspeccionar.

Finalmente aceptando el trabajo en el Mint, el genio de la ciencia descubrió verdades aterradoras, y decidió hacer algo en contra: convertirse en el equivalente al Sherlock Holmes de su tiempo.

Un inglés que dedicaba la mayoría de su tiempo a buscar la piedra filosofal y a dominar la alquimia, llegó en 1896 para encontrarse con cientos de falsificadores y un mercado que se llenaba de billetes falsos para estar a punto de alcanzar un colapso económico, y el gran Newton no se quedaría con los brazos cruzados.

"No es quien eres por debajo, es lo que haces lo que te define" —Batman Begins

Adquiriendo una enorme red de espías en un radio de 50 kilómetros, pudo usar la pipa y el sombrero para buscar a cada uno de los falsificadores, y en vez de aplicar nuevas reformas como cualquier otro político haría, logró atrapar y ejecutar a un total de 27 criminales.

Puede que este hombre sea un completo nerd en las matemáticas, pero no tendrá problema alguno en llevarte a la horca de ser necesario.

Su villano predilecto sería William Chaloner, el Moriarty de su Sherlock que amasó una enorme fortuna y a grandes amigos influyentes gracias a sus habilidades de falsificador. Por ser un informante del gobierno gozaba de plena protección, e incluso llegó a presentarse en la Cámara de los Comunes para retar al detective y ponerlo en ridículo al ofrecerse a sí mismo como mejor capacitado para el trabajo en el Mint.

Después de dos años y largas sesiones de intimidación para conseguir un caso sólido, Newton condenó a su rival mentalmente compatible para terminar su juego de ajedrez mental con una soga alrededor de su cuello.

La misma situación, sólo hace falta agregar pelucas y algunos premios Nobel. Silver Pictures y Village

—Ha hecho un buen trabajo Sr. Newton, demasiado bueno debería agregar —dijo el comisionado mientras escupía de sus dientes chuecos.
—Siempre será un placer, recuerde que "mi nombre es Isaac Newton y mi negocio es saber lo que otras personas no saben".
¿Todavía cree que lo sabe todo?
—¿A qué se refiere?
Y empujando al comisionado por una cascada, Newton demostró sus teorías gravitatorias para demostrarle al agente las consecuencias de insinuar planes malignos.