Bill Kochevar sufrió un terrible accidente hace años, cuando se estrelló contra un camión mientras iba en bicicleta. Desde entonces, el hombre de 53 años sufría una tetraplejía, una condición que provoca la parálisis completa de las cuatro extremidades del cuerpo. Kochevar no podía beber una taza de café o comer una patata sin ayuda por culpa de aquel suceso. Una investigación pionera publicada en The Lancet ha detallado la prótesis localizada en su cerebro, con la que ha logrado recuperar una parte de la movilidad.
El implante intracortical, que fue colocado en diciembre de 2014 como parte del ensayo clínico BrainGate2, traduce las señales cerebrales y las envía a un sensor localizado en su brazo. Los científicos analizaron la seguridad de la neuroprótesis, que permite reconectar el cerebro con los músculos para que el paciente pudiera recuperar parte de su movilidad. Según describen en la revista The Lancet, se trata de un avance importante en el campo de las lesiones medulares que aún se encuentra en una fase temprana de investigación.
Tras intervenir quirúrgicamente al paciente para implantarle unos electrodos en la corteza motora y en los músculos del brazo, el equipo de la Case Western Reserve University trabajó con Kochevar para que realizase ejercicios de estimulación y entrenamientos específicos. El objetivo era que sus músculos se acostumbrasen de nuevo a recibir órdenes por parte del cerebro. Como demuestra el vídeo difundido por la institución, la prótesis cerebral registra los pensamientos del paciente y los traduce a una señal que se envía a los electrodos del brazo.
Gracias a esta nueva tecnología, los científicos logran esquivar la médula espinal, la región afectada en las personas tetrapléjicas. Dado que el cerebro y los músculos siguen funcionado teóricamente bien, el implante conecta ambas zonas del organismo evitando pasar por la médula. Según los autores, es la primera vez que se demuestra el potencial de este tipo de sistemas, que consisten en una estimulación eléctrica funcional con electrodos implantados y controlados de manera inalámbrica, dado que no hay cables conectando el cerebro con los músculos. Dispositivos como el presentado ahora podrían ayudar a pacientes como Kochevar a recuperar la movilidad de los brazos y las manos, logrando una mayor independencia en su día a día.