Los fabricantes de coches autónomos están obligados en California a detallar cuántas veces sus vehículos funcionaron incorrectamente, es decir, tuvieron algún tipo de problema, y realizar un informe muy detallado sobre las causas y por qué el conductor tuvo que tomar rápidamente el control del automóvil. El fabricante debe detallar si fue fallo de hardware, de software o por qué el conductor sospecha que puede suceder un incidente.
Los nueve fabricantes de coches autónomos que están autorizados en California informaron de 2.578 problemas durante sus pruebas en el pasado año, ninguna resultó en un accidente siendo todos fallos leves.
* Google: 635.868 millas, 124 fallos
* Cruise: 10.015 millas, 284 fallos
* Nissan: 4.099 millas, 178 fallos
* Bosh: 983 millas, 1.442 fallos
* Mercedes Benz: 673 millas, 336 fallos
* BMW: 638 millas, 1 fallo
* Ford: 590 millas, 3 fallos
* Tesla: 55 millas, 182 fallos
* Honda y Volkswagen no recorrieron ninguna milla en las vías públicas, tan solo en circuitos privados, por tanto, no están obligados a facilitar esta información.
Destaca la gran cantidad de millas recorridas por los coches autónomos de Google y los pocos fallos registrados, un ratio de 0,20 fallos por cada mil millas. Solo BMW, Ford y Nissan registran menos de 10 intervenciones cada 1.000 millas, un dato que en Tesla llama la atención porque se registran más de 330 intervenciones de los conductores en su sistema Autopilot cada 1.000 millas (pero no es un coche 100% autónomo). Más preocupante es el dato de Bosch, que registra 1.467 intervenciones por cada 1.000 millas recorridas, un dato alarmante para un fabricante puramente tecnológico dentro del sector. Pero tienen algo de truco.
La flota de coches autónomos de Google está compuesta por 60 automóviles y en comparación con 2015, ha pasado de un ratio de 0,8 a solo el 0,2 demostrando que tiene la tecnología y el músculo financiero para realizar todas las pruebas que necesite. Pero el dato lo ha logrado jugando una carta que le permite la normativa.
Waymo, la filial de Google encargada del desarrollo del coche autónomo, no informa de todas las veces que un conductor agarra el volante, que sucede miles de veces a lo largo del año. En su lugar, analiza posteriormente en una simulación qué hubiera sucedido si el conductor no hubiera tocado el volante, si hubiera provocado un incidente, lo comunica, si no, no lo comunica.
Algunos de los ratios tan elevados se deben a que los fabricantes no especifican para qué están usando su permiso de pruebas para coches autónomos. Por ejemplo, Tesla no informó en 2015 de ningún incidente, o bien eran perfectos sus coches autónomos o bien no realizaron ninguna prueba en la vía pública. Y este año todas las intervenciones se produjeron durante el mismo fin de semana y sobre solo cuatro vehículos, lo que parece indicar que sucedieron durante algún tipo de grabación promocional.
En 2017 veremos cómo funcionan los coches autónomos de Zoox, Drive.ai, Faraday Future y NextEV y seguro que los fabricantes que más ganas tengan de sacar un vehículo autónomo aumentarán el número de kilómetros de prueba en vías públicas.