Casi llega la primavera. El aire se caldea, las fragancias flotan en el ambiente y el aire se llena de... sustancias biológicas que alteran nuestro estado fisiológico y anímico. Sí, sí, admitámoslo. Todo es química y todos es fisiología en cuanto a los seres vivos se refiere. ¿Y el amor? El amor también, por supuesto. ¿No has oído hablar de la famosa hormona del amor? La oxitocina es una hormona producida por nuestro hipotálamo. Y resulta una auténtica protagonista en nuestras relaciones sociales. ¿Por qué? No, no es sólo una cuestión romántica. Porque la hormona del amor tiene muchas más responsabilidades. E, incluso, un lado oscuro.
¿Cómo nos afecta la hormona del amor?
No vamos a entrar en mucho detalle. Pero debéis saber que la hormona del amor, la oxitocina, se segrega en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo. Pero dejemos el apartado más técnico. ¿Para qué sirve la dichosa hormona del amor? La oxitocina parece tener un importante papel en las relaciones sociales. Entre otras cosas, parece afectar a cosas como la fidelidad, la lealtad, la confianza en unos mismo, la generosidad y la sensación de enamoramiento (de ahí su nombre).
La hormona del amor modula el sistema nervioso, actuando sobre ciertos receptores. Curiosamente, algunos de estos (y la respuesta que provocan) tienen cierto paralelismo con los que provoca el alcohol. ¿Y cómo provocamos a nuestro cuerpo para que segregue oxitocina? Los principales estímulos que provocan su liberación son la succión del pezón (normalmente por parte de los bebés), la estimulación de los genitales y la distensión del cuello uterino en el embarazo. También se puede administrar oxitocina mediante spray o vertiéndola en el torrente sanguíneo (mediante inyección).
Aumenta la generosidad
Según los estudios hasta la fecha, la hormona del amor parece despertar el sentido altruista de los individuos. Es decir, se vuelven ligeramente más generosos. El altruismo es una manifestación enormemente discutida por todos los antropólogos del mundo. Probablemente su finalidad (si es que la cuestión tiene sentido) sea potenciar la supervivencia del grupo. La oxitocina se encarga de potenciar dicha actitud. Tanto a nivel individual como grupal. Así que no sólo una posible pareja se beneficiará de sus efectos: amigos y familiares también.
Aumenta ¿la fidelidad?
Una de las razones por las que se denomina a esta la hormona del amor es porque, según muestran varios estudios esta hormona provoca en los hombres y mujeres una actitud mucho más leal hacia su pareja ante la presencia de otra mujer u hombre atractivo o que trata de seducirles. Aunque todavía no entendemos muy bien por qué o cuál es la relación concreta. Los expertos especulan que, como la generosidad, este efecto tiene su intención de protección grupal.
La hormona del amor y el sexo
Nunca ha quedado claro el papel que juega la hormona del amor en las relaciones sexuales. Varios estudios muestran que la oxitocina aumenta en sangre durante la relación sexual o, incluso, después del coito. Algunos de los investigadores que realizaron este estudio creen que dicha relación tiene como finalidad aumentar la fertilidad por varios mecanismos físicos. Pero todos estos estudios son muy debatidos por la falta de controles y otras cuestiones técnicas. Lo que sí se acepta, comúnmente, es su aparición por la estimulación genital.
No, no hace que nos enamoremos
A pesar de todo lo anterior, la presencia de la hormona del amor no es sinónimo de enamorarnos. Como todos los mensajeros de nuestro cuerpo, su presencia puede significar (o manifestarse) de mil millones de maneras. Cada cual reacciona de una forma distinta. Muy distinta de hecho. Esto se debe a que hablamos de mecanismos increíblemente complejos y que se regulan de manera relacionada, unos con otros. La liberación de la hormona no siempre produce el mismo resultado. Lo que sí podemos decir es que cuando estamos enamorados, normalmente se encuentra esta hormona. Pero no al revés.
Ayuda a las mamás
Una función vital de la hormona del amor está relacionada con el parto y los cuidados del bebé. Este despierta en la mamá raudales de oxitocina que estimulan varias respuestas fisiológicas: por ejemplo la de la lactancia. También juega un papel fundamental en la dilatación cervical previa al parto, así como contracciones durante las fases secundaria y terciaria. Tras el nacimiento, ayuda a la recuperación del del útero y la coagulación del área de unión de la placenta tras el parto. No obstante, esto también es un tema no del todo entendido.
El lado oscuro de la hormona del amor
La oxitocina, como hemos visto, no sólo tiene cierto papel en el amor. De hecho, es mucho más importante su responsabilidad en el resto de relaciones sociales. Y como todas las hormonas y sustancias, tiene su aspecto... más inquietante. Decíamos antes que la oxitocina tiene cierta similitud con el alcohol. Esto es importante porque la hormona es crítica en la toma de decisiones sociales. El consumo frecuente tanto de alcohol como de oxitocina, que puede hacerse inhalándola a través de un spray, provoca más agresividad, y actitudes más envidiosas. También nos desinhibe y puede limitar nuestra sensación de miedo, lo que normalmente nos alerta acerca de los riesgos.
Por tanto, un exceso de oxitocina continuo podría convertir a una persona fiel y amantísima en alguien ladino, inestable y gruñón. Por suerte, esto no es lo común. El cuerpo tiene muchísimos mecanismos de control hormonal. La vida no va en ello. Como el amor, la regulación fisiológica es un arte sutil, complejo, misterioso y maravilloso. Y no hace falta que sea San Valentín para que nos demos cuenta de ello. Es suficiente con despertarse cada día.