El nuevo título de Guerrilla, exclusivo para PS4, brilla en todos sus apartados y nos presenta, en forma de RPG de mundo abierto, una de las historias más espectaculares de los últimos años, contada en un mundo hostil y postapocalíptico en el que las máquinas son las primeras de la pirámide alimenticia. Hubo un momento en el que Guerrilla se encontró con una dicotomía: seguir con una franquicia de éxito, Killzone, o jugarse el resto a probar suerte con algo nuevo. El riesgo, en este caso, era menor que si iban por su cuenta. Tenían detrás a Sony y a las garantías en su catálogo, junto con haber publicado una de las franquicias más importantes de PlayStation y, al fin y al cabo, las nuevas consolas de Sony llegaban al mercado con un Killzone bajo el brazo.

No obstante, suponemos que en Guerrilla querían probar algo nuevo. Cambiar el shooter en primera persona pasillero por algo más abierto, más grande, más ceremonioso. Horizon Zero Dawn era ese algo. Con Killzone Shadow Fall, estaban probando algunos de esos conceptos (puesto que el desarrollo de Horizon es anterior a Shadow Fall): era más abierto que sus antecesores pese a mantener la estructura narrativa y jugable clásica de un shooter en primera persona.

Puestos a crear algo nuevo, en Guerrilla pensaron darle la vuelta a la tortilla: de algo pequeño y pasillero, a un juego enorme y abierto. De la narración lineal, al libre albedrío del personaje. De un mundo estático a uno vivo y cambiante. El desarrollo Horizon Zero Dawn no era un solo cambio para el estudio, también era un forma de demostrar que el triple A puede salirse de lo clásico, y que puede convertir a un estudio conocido por un shooter en tercera persona, en uno de esos que generan historias que se quedan en el corazón.

En Horizon Zero Dawn la tierra vive un nuevo comienzo. Un mundo post apocalíptico y lleno de vida en el que la humanidad tiene que volver a adaptarse, volver a empezar para crear algo grande, su futuro. En cierta medida, para Guerrilla, Horizon Zero Dawn es también un nuevo comienzo. El estudio ha creado algo grande, muy grande, y también uno de los mejores juegos que nos ha dado el catálogo de exclusivos de PlayStation en su historia reciente.

Nos pone en el papel de Aloy, una paria de la tribu Nora, que tendrá que descubrir quién es y los secretos del mundo que le rodea. Un mundo postapocalíptico en el que la humanidad desapareció hace miles de años y ha vuelto a resurgir de forma primitiva, en convivencia con enormes máquinas hostiles y paisajes tan preciosos como peligrosos. A partir de ahí, la historia de Aloy (que es lo mejor que tiene el juego) es la del autodescubrimiento, una suerte de viaje de crecimiento personal y emocional hacia los confines de ese mundo hostil.

Sobre el papel, Horizon Zero Dawn es un juego de RPG y acción que tiene más de acción que de RPG, aunque conserva todos los elementos de este tipo de juego diluidos para el jugador menos habituado a los sistemas de niveles. Mantiene el core de los juegos de rol para aportar algo más que un mundo abierto gigante en el que subir de nivel es un mera cuestión de progresión. Y ahí radica parte de su encanto.

En Guerrilla han sabido jugar con ese sistema de RPG, es simple, pero muy efectivo. Los árboles de habilidad de varios se combinan con un sistema de recursos y bonificaciones para armas y materiales basados en el crafteo de las máquinas, del entorno y de recursos. Es, como digo, muy simple, pero muy bien pensado. No ofrece la abrumadora cantidad que tienen juegos como The Witcher, pero es suficiente para plantearnos el concepto de Guerrilla. Además, el sistema de conversaciones con impacto en las decisiones que toma el personaje en el juego también está muy bien planteado pero, desde luego, muy lejos de otros como los de Mass Effect o el ya mencionado The Witcher. Dicho esto, que no nos confunda su simpleza: el juego nos obliga constantemente a tomar decisiones, aunque muy pocas tiene un impacto real en el desarrollo de los acontecimientos, y casi todas se basan en apartado emocional y comportamiento de Aloy. El juego solo tiene un final, por lo que poco importa ese aspecto más allá de que el jugador sea quien defina la personalidad de Aloy.

Pese a ser un mundo abierto, se nota que en Guerrilla vienen de hacer shooters lineales. El desarrollo narrativo del juego, pese a que centrarse en un mundo abierto, es lineal, y la libertad que da al jugador se limita a elegir cada misión en el mundo. Pocas veces hay más de dos misiones principales activas en el juego, y toda la narrativa se divide de la siguiente forma: un mapa gigante, lleno de vida, dividido en varias zonas en los que se nos asignan dos tipos de misiones principales, una ligada a la historia general del mundo de Horizon y por tanto, de Aloy, y la otra generalmente relacionada con las tribus y la vida de ese mundo. Una para conocer el pasado, otra para conocer el futuro. Está especialmente bien solucionado, y pese a ser un juego enorme, no abruma, lo que es de agradecer. El único punto negativo de este apartado es que el sistema de guía en el mapa está un poco roto y los iconos van cambiando random en función de la ruta, lo que es un problema menor.

La historia principal, sin hacer misiones secundarias y solo algunas de las tareas básicas del juego, lleva unas 35 horas, al menos en mi caso, pero mantienen en todo momento la narrativa y no sufre ningún bajón. Y eso se agradece para un juego en el que vamos a echar una buena parte del tiempo yendo de un sitio a otro. Respecto a este punto, el mapeado es enorme, sí. Con un sistema de zonas diferenciadas por el entorno: desde los bosques del principio del juego hasta enormes desiertos y zonas de selva pasando por la hostilidad de las montañas nevadas. La mayoría de las zonas están casi vacías, pero se siente en todo momento la vida en el juego: bien sea por las máquinas, la gran cantidad de asentamientos espectaculares o por la fauna. Los escenarios son, sin duda, uno de los mejores elementos de Horizon, y unos de los más increíbles y bonitos que se recuerdan de un videojuego. Postapocalípticos, pero llenos de vida y color.

Es importante este punto porque la historia principal está repartida por el mundo, lo que nos obliga a viajar constantemente de una punta a otra. En el mapa, hay infinidad de hogueras que sirven de checkpoint y de punto de guardado, pero también, junto con los asentamientos, de punto de viaje rápido; lo que hace que podamos movernos de una punta a otra del mapa en segundos. Aquí, de nuevo, entra el sistema de RPG de Horizon: podremos movernos por el mapa con viaje rápido, pero tendremos que craftear materiales para crear mochilas de viaje rápido que se consumirán con cada desplazamiento. No obstante, los mercaderes del juego, a los que podremos comprar materiales y armas, también venden mochilas de desplazamiento rápido ilimitado, por lo que es un buen consejo hacerse con una desde el principio.

El sistema de descubrimiento de mapas es similar al de otros juegos: según vayamos avanzando se nos irá descubriendo mapa, aunque el juego incluye una suerte de torres por zona que permitirán descubrir regiones enteras, junto con sus diferentes asentamientos y elementos. Estas torres, similares las de Far Cry, son máquinas enormes en movimiento que tendremos que escalar y escanear, y cada una representa un desafío diferente en función de la región. Sencillo, pero muy efectivo y espectacular, y en un par de ocasiones representan un reto brutal. Y es que las máquinas son parte de atractivo del juego, de una factura y apartado técnico increíble.

Aquí, junto con su historia reside parte del encanto de Horizon: las máquinas son increíblemente variadas, y todas y cada una de ellas requieren un sistema de combate y una actitud distinta. Es, precisamente, el sistema de combate de Horizon lo que brilla con luz propia. Cada arma, desde un arco hasta una lanza pasando por una clásica honda, tiene sistemas de combate distintos, pueden ser mejoradas con el crafteo de los animales y disparan diferentes tipos de munición, para diferentes tipos de máquina que, de nuevo, tienen diferentes puntos débiles y son vulnerables a diferentes tipos de daño. Clásico de RPG. Y duras, son muy duras. De nuevo, descubrir las máquinas es uno de los encantos del juego, por lo que lo bonito aquí es que cada uno vaya descubriendo los diferentes modelos (vienen ocultos en el juego) y la forma de enfrentarse a ellas. En general, son el mayor reto del juego, puesto que pese a que hay enemigos humanos, estos no suelen presentar un desafío.

El resto de elementos que componen Horizon son los propios de un título de mundo abierto: muchas misiones secundarias y recados opcionales que dan contexto y que permiten descubrir parte de la historia del mundo y de las relaciones entre las tribus, además de subir de experiencia. También están los típicos campamentos de enemigos para liberar que hemos visto en Far Cry y los sitios de máquina, una suerte desafíos que nos permitirán controlar máquinas en función de la zona del mapa. En términos generales, Horizon es un título que sorprende en casi todos sus aspectos y que da al jugador las herramientas para explorar un mundo enorme e increíblemente bien trabajo; en el papel de uno de los mejores personajes que se recuerdan en título de este tipo. Un título al que pocas pegas se le puedan sacar más allá de la repetición ocasional de mecánicas y el abuso de crafteo propio de este tipo de juegos.

Conclusión

Horizon es uno de los juegos más impecables que hemos visto en una consola, tanto a nivel técnico como a nivel narrativo. Un RPG para todo tipo de jugador que nos pone en la piel de una de las mejores heroínas que se recuerdan en un videojuego y que, desde luego, pasará a la historia de los personajes femeninos de videojuegos.

La historia que nos plantea nos mantiene enganchados en todo momento, y su sistema de combate es lo suficientemente sólido como para plantearnos un desafío con las máquinas. El mundo está vivo, es enorme y funciona como uno de los elementos más espectaculares del juego, sin que el mundo abierto afecte de forma negativa al desarrollo narrativo. En términos de rendimiento y jugabilidad, es sobresaliente.

Sin duda, estamos ante uno de los candidatos a juego del año, y desde luego, ante uno de los mejores juegos del todo el catálogo de PlayStation.

Si te has quedado con ganas de más puedes ver nuestra galería completa de Horizon Zero Dawn con espectaculares imágenes sacadas ingame durante nuestras partidas.

Pros

  • El apartado técnico y narrativo es sobresaliente.
  • El mundo está increíblemente trabajado.
  • Jugabilidad y rendimiento.
  • El sistema de combate y diferentes tipo de máquinas plantean desafíos constantes.
  • Variedad del mapeado, tareas y misiones.

Contras

  • Muchos elementos del juego llegan de otros títulos conocidos.
  • Repite mecánicas en algunas ocasiones.
  • Flojea en términos de banda sonora.

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