Warren Edward Buffett es un inversor y empresario estadounidense, considerado uno de los más grandes inversores en el mundo. De hecho, todo el 2016 ocupó la tercera posición en la lista de hombres más ricos de Forbes y en las inversiones ya ha ascendido a mito: lo llaman el «Oráculo de Omaha» por su facilidad para entrar en negocios que suben como la espuma. En lo personal es conocido por su austeridad, a pesar de su inmensa riqueza, por ser un gran filántropo y por su agenda, frecuentemente libre.
Warren dijo una vez: "La diferencia entre las personas de éxito y los demás es que la gente realmente exitosa dice que no a casi todo”. Dado que, como hemos visto, a los 86 años de edad está considerado como una de las personas más ricas y de mayor éxito del mundo, podemos suponer que algo sabe al respecto y tomar en serio el consejo.
Cuando pensamos en las personas que logran cosas grandes, por lo general, adjudicamos la culpa a todas las cosas que hacen. Pero la simple verdad detrás de esto es que, necesariamente, junto con cada logro notable viene una larga lista de cosas que no hicieron. Pero nosotros, donde me incluyo, queremos hacer todo lo posible. Al mismo tiempo que queremos viajar por el mundo, tener una carrera de éxito, aprender un nuevo idioma y remodelar la casa, esperamos salir de copas con amigos los viernes por la noche, encontrar el amor de nuestra vida y correr una maratón este invierno. No es que todo esto no sea posible para una sola persona, lo es. Pero probablemente sea difícil todo a la vez.
Cuando se presenta alguna oportunidad, es casi imposible ignorar la voz en nuestra cabeza que se pregunta: ¿y qué pasa si una oportunidad como esta nunca ocurre de nuevo? Otras veces las personas también dicen "sí" por miedo de decepcionar a otros. Al final, en suma, decimos que sí a casi todo.
Según Business Insider, un día Buffett le dijo en broma a su conductor Steve: el hecho de que aún estés trabajando para mí, significa que no estás luchando por tus sueños. Y para ayudarlo con ello, Buffett le pidió que hiciera una lista de las 25 cosas más importantes que quería lograr en su vida. Y a continuación, que eligiera las cinco más cruciales.
Después, preguntó: “¿Qué pasa con las otras 20 cosas de su lista?" Y Steve le contestó: "Bueno, las cinco primeras son mi objetivo principal, pero las otras vienen en segundo lugar y siguen siendo importantes. Voy a trabajar en ellas intermitentemente en el tiempo que quede de mi top cinco. No son tan urgentes, pero todavía quiero darles esfuerzo”.
Buffett esperaba que dijera eso y le explicó el problema: “Lo estás entendiendo mal, Steve. Todo lo que no has puesto en el top cinco, pasa a ser tu lista de cosas a evitar a toda costa. No importa cuáles sean, esas cosas no reciben atención hasta que has tenido éxito con su top cinco. Si hubieran sido más importantes, estarían más arriba”.
Parece que en lugar de querer acapararlo todo, hay que poner todo el esfuerzo en la consecución de las cinco cosas más importantes antes de pensar en pasar a las demás. ¿Por qué? Estos veinte artículos, junto con muchas otras oportunidades que podrán surgir, ahora son simplemente distracciones que impiden llegar a lo que realmente importa, y lo que realmente importa lo indica la lista. La simplicidad es la clave del éxito aquí. Un proyecto totalmente terminado es mejor que cinco o más a medio terminar.
Parece un consejo simple, pero promete ser muy poderoso. Al final, el éxito se trata básicamente en averiguar tus prioridades —y ajustarse a ellas— porque todos tenemos la misma cantidad de tiempo, lo que hace la diferencia es la forma en la que elegimos utilizarlo.