Encontrar el tiempo para dedicarnos a lo que en verdad nos gusta suele ser complicado. Mientras las responsabilidades se amontonan, cuesta divisar la motivación que nos apasionaba en el pasado.
Gina Buliga logró resolver este conflicto en el dos mil nueve. Abandonó su empleo para perseguir lo que en realidad le apasionaba, la fotografía. Sus hijas hacen de modelos en sus exploraciones de la luz.
La maestría de Gina es increíble. Sus imágenes son maravillosas porque aprovechan la luz natural disponible de maneras creativas e interesantes. La naturalidad de su trabajo se mezcla con una composición excelsa para constituir una serie de fotografías imponentes.
Los que disfrutamos del siglo XXI tenemos la ventaja de que la tecnología ha hecho nuestras vidas mucho más fáciles de lo que había sido para nuestros ancestros. Esto se extiende a la fotografía, cualquiera puede comprar una cámara decente y comenzar a practicar. Ya de ahí es solo cuestión de tiempo para que tus fotos sean estéticamente agradables.
La iniciativa de Gina Buliga es admirable. Nos demuestra que nuestra voluntad es libre y siempre existe la posibilidad de cambiar nuestras vidas para bien. Todas las fotografías que verán a continuación le pertenecen a Gina y pueden encontrar el resto de su trabajo aquí.
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