Una sucesión de zapatos limpios bajo las ramas de un árbol de Navidad perfectamente adornado, una carta con una montón de regalos que se esperan suponiendo que el comportamiento haya sido el adecuado durante el año, un poco de agua para los camellos y refrigerios para sus majestades los Reyes Magos. Este es el modus operandi estándar de casi todas las casas de España en la noche del 5 de diciembre, porque, si todo va como lo esperando, en la mañana del 6 habrá regalos bajo el abeto.

Y de forma similar ocurre en Venezuela, donde los niños colocan los zapatos en las puertas de sus cuartos y, entre otras cosas, los Reyes suelen dejar dinero. En Argentina, México, República Dominicana, Paraguay y Uruguay, las celebraciones tienen, con sus peculiaridades, el mismo corte que en España. Mientras, en Perú ha caído en desuso. En Puerto Rico, la festividad se asemeja más a un carnaval y, durante la noche del 5 de enero, los niños acumulan grama para alimentar a los hambrientos camellos y ponerla en cajas de zapatos junto a sus camas a cambio de recibir los regalos prometidos. En Chile, por su parte, en tiempo de la colonización española, este día se le daba libre a los esclavos, los cuales salían a las calles a bailar al ritmo de la música. Precisamente, en muchas regiones de ese país, este día aún se conoce por el de la Pascua de los Negros.

Sin embargo, y quitando peculiaridades geográficas, si hacemos la cuenta, son muy pocos los lugares en los que, los Reyes Magos son los protagonistas a la hora de ser los encargados de hacer las delicias con los regalos de los niños durante la Navidad.

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La religión sí es relevante

Obviamente, el origen de la festividad de los Reyes Magos tiene su punto de partida en el nacimiento de Jesús y la posterior adoración. Una historia sólo narrada en el evangelio según San Mateo, que no especifica ni el origen de estos personajes, ni su número ni su pertenencia a la realeza. De ellos sólo se sabía que aportaron oro, incienso y mirra y que eran magos; siendo la cultura popular posterior la que ha modelado la personalidad de esta historia.

Las creencias católicas celebran, por tanto, la Epifanía. Una más de entre todas las festividades religiosas que se suceden a lo largo del año y que, en contra de lo que se piensa, no se celebra el 6 de enero, sino el primer domingo del mes.

El tiempo ha querido que festividad religiosa católica y popular hayan tomado caminos completamente diferentes, llegando incluso la segunda a contaminarse de influencias de otras culturas. No se sabe a ciencia cierta el origen de la tradición de poner un abeto en las casas durante Navidad, pero cristiano ha quedado demostrado que no es; posiblemente vendría de la cultura germana o de la antigua Roma de Virgilio, donde se colgaban regalos de un gran árbol colocado en la plaza pública. Su expansión y los países en los que se celebra son aquellos vinculados a España durante los años del colonialismo. En mayor o en menor medida, todos adoptaron las costumbres vinculadas a la religión católica y sus componentes paganos. Y así se ha mantenido a lo largo de los años.

Sin embargo, los Reyes Magos no han sabido traspasar ni los Pirineos, llegar a Asia o campar por Norteamérica. Aunque muchos de ellos tienen creencias católicas, ha sido San Nicolás el que se ha impuesto. Y por una razón simple, para los anglicanos y protestantes, este personaje tiene presencia común en sus textos sagrados, por lo que siguiendo el lema de la unión hace la fuerza, el santo de los regalos se hizo más famoso aún si cabe. La tradición anglicana, además, no contempla a los reyes como personajes válidos por lo que, ni desde la esfera practicante, la Epifanía tiene validez en estos países.

A esto se le añade, además, que cada país tiene tradiciones peculiares y propias, como pueden ser las de Semana Santa en muchas regiones.

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American Way of Life

Si nos quedamos con esto, es fácil entender por qué muchos países no toman la tradición de los Reyes Magos como propia: el trasfondo religioso siempre pesa. Pero, ¿entonces por qué Papa Noel ha calado tan hondo incluso en España?

Realmente la incursión empezó allá por 1931 cuando un verde San Nicolás se tornó de rojo y paso a tener un aspecto mucho más bonachón y afable. Su perfil religioso desapareció, poniendo su central de operaciones y regalos a cargo de miles de elfos; la noche del 25 de diciembre sacaría a sus renos voladores por el mundo y se colaría por las chimeneas de las casas de los niños repartiendo regalos. En otras palabras: empezó a trabajar para Cola-Cola y el departamento de marketing de la compañía llevó esta cuenta de la mejor manera que cabría imaginar. La cuestión es que esta bebida, junto al personaje, entraba en las casas de medio mundo. Inspiraba felicidad.

Pasaron años, muchos, para que en países como España, la celebración de Papa Noel calase. Lo que popularmente se conoce como el American Way of Life no gustaba a las protectoras generaciones de mayores, pero miles de películas han enseñado cómo medio mundo recibe los regalos el día de Navidad; al contrario que el cine español que no ha viajado en demasía ni se ha molestado en enseñarlo. La globalización termina calando y todo tiende a unificarse a la costumbre del más grande. ¡No había que esperar hasta el 6 de enero para disfrutar de los regalos! Dicho y hecho; los Reyes quedan para algunas regiones y Papa Noel se impone como el genio de los regalos.

Ahora sólo queda elegir, uno de los dos o ambos.