Tiempos homéricos conjugaron la historia, del pobre hombre que chicas no podía conquistar. Sin poder comer, sin poder hablar, el mortal nunca encontró la paz. Pero triste la historia no pudo acabar, y este libro tuvo que encontrar. Ea de antigua procedencia, y su esencia lo reflejaba, grandes consejos aguardaba el arte de amar lo buscaba. Finalmente poniéndolos en práctica, el joven mortal encontró su propia táctica, y miles de denuncias rondaron sobre la ciudad, pues el pobre inconsciente tenía, denuncias de acoso sexual que lo carcomían.
Este fue el relato del desafortunado que llegó a comprender El arte de amar, y no, no lo hizo literalmente mediante esa denuncia de acoso. Para su comprensión lo único necesario es una persona dispuesta a poseer todas las riquezas que se hallan en la tierra del amor, o quizás una que otro infortunio en la tierra de los problemas legales, la baja autoestima y el completo ridículo.
Discúlpenme, no me he explicado del todo. Las cosas comenzaron cuando descubrí un curioso libro sobre mi cama, El Arte de Amar por Ovidio, y desde ahí mucho cambió, aunque preferiría contarles únicamente su función, mis infortunios son para otro artículo.
El libro en sí
Ars amatoria (en latín) es un poema escrito entre el año 2 a. C. y 2 d. C. por el casanova original Ovidio, un romano que si bien disfrutaba de la poesía vivía con el propósito divino de enseñarte el mayor don de todos: conseguir amorosas señoritas.
Habiendo leído el primero de los tres libros que conforman el poema, la materia que aprendí desplegaba las enseñanzas impartiendo ejemplos homéricos y dando consejos directos sobre dónde acudir y cómo hacerlo. Desde el anfiteatro hasta el circo, todos los caminos llevan a un sólo objetivo, y el grandioso Ovidio te enseñará a lograrlo.
Los resultados no están garantizados —como da testimonio en la corte nuestro amigo del principio— pero si esto es lo único que separa a vuestra amada de vosotros, qué más da vamos a por ello. Recuerden que lo fundamental es aplicar los consejos que consideremos adecuados para un mundo donde las togas y gladiadores son cosas del pasado, no queremos más denuncias por acoso sexual en nuestros antecedentes.
Unos pequeños consejos de nuestro amigo
"Joven soldado que te inscribes en esta nueva milicia, busca en primer término aquello que es objeto de tu predilección", como menciona nuestro general lo importante es que encontremos a esa persona a la que dirigir nuestras habilidades milenarias de casanova. Incluso nos da a elegir entre dos categorías —aunque cabe advertir que si te inclinas por la primera es mejor que busques ayuda psiquiátrica antes de proseguir—:
"Si te cautiva la frescura de las muchachas adolescentes, presto ofrecerá a tu vista alguna candorosa virgen;... y si por casualidad te gustan las de madura y juiciosa edad, seguro hallarás de estas una multitud". Pero seamos sinceros, ya sabes desde antes de leer este artículo lo que más te atrae, por lo que el problema siempre ha sido donde habitan.
"Donde has de tender tus lazos sobre todo es en el teatro, lugar muy favorable para la consecución de tus deseos. Allí encontrarás más de una a quien dedicarte, con quien divertirte, a quien puedes palpar, y por último poseerla". Recuerda ignorar lo último por eso de que no habitamos en los tiempos de toga y espadas, pero lo del teatro es muy cierto. En palabras más actuales, visita el cine o el teatro y aprovecha de conseguir tu damisela sin espantarla, recuerda que deberás comunicar tus deseos de forma gestual y mediante señas, así que controla tus deseos, inmundo animal.
Ahora sea el caso de que ya hallas establecido un primer contacto, y no haya funcionado, deberías aproximarte a alguna fiesta o antro nocturno, aunque cuidado: "No creas demasiado en la luz engañosa de las lámparas; la noche y el vino extravían el juicio sobre la belleza". Puedes usarlo a tu favor también cuando tu mejor posibilidad es que el juicio de ella se vea extraviado, Ovidio recomienda que estés a favor del vino pero que siempre finjas estar embriagado, tu juicio sí debe permanecer intacto.
Y ya habiendo conseguido a la persona digna de tu amor, continúa aprendiendo los poemas del sabio Don Juan, quizás te sirvan para mucho más de lo que piensas. Aunque es fundamental que recuerdes las togas y espadas o sino mejor ve preparando a un abogado. Te dejo unas cuantas frases para que reanimes tu espíritu antes de comenzar el acercamiento:
"En el amor no basta atacar, hay que tomar la plaza".
"Primeramente haz de proteger la veracidad de que todas las doncellas pueden ser conquistadas, y lo lograrás si sabes utilizar astutas maniobras".
"En los frescos pastos la vaca llama con sus mugidos al toro, y la yegua relincha...", mejor dejémoslo así, y siempre recuerda: togas y espadas.