Cuando intentan imaginar a un escritor, supongo que muchos de ustedes ven una figura solitaria, encorvada sobre un escritorio con papeles arrugados esparcidos por todas partes y trabajando de forma obsesiva y frenética en la escritura del próximo best seller internacional. Pero en realidad escritor es cualquier persona que escribe y, en la mayoría de los casos y para la mayoría de nosotros, la escritura es más útil como una herramienta para el pensamiento, la expresión, la salud y la creatividad.
Como la salud es lo primero, empecemos por ella. Gran cantidad de la investigación sobre la escritura y sus beneficios para el estado de ánimo, se centra en el potencial de la “escritura expresiva” (poner lo que se piensa y siente por escrito) para mantener la felicidad en términos de valor terapéutico. Escribir funciona para reducir la ansiedad escolar e incluso en casos de depresión. Cuando uno escribe lo que siente, tiende a argumentar el porqué lo siente, y por escrito es muy fácil notar cómo algunos pensamientos derrotistas son falsos o demasiado exagerados.
Según Adam Grant, la escritura expresiva también se ha relacionado con un mejor estado de ánimo general para los que lo hacen con regularidad:
"La investigación de Laura A King muestra que escribir sobre logros metas y sueños para el futuro puede hacer que la gente sea más feliz y saludable. Y la mía con Jane Dutton, que cuando las personas que realizan trabajos de recaudación llevan un diario acerca de cómo su trabajo hace una diferencia e importa, aumentan sus esfuerzos en un 29%".
Además, las investigaciones muestran que, aparte de mejorar estados emocionales que podrían en un primer momento ser demasiado subjetivos, la escritura expresiva produce muchos beneficios fisiológicos: mejora la memoria y el sueño, aumenta la actividad de las células inmunes, reduce la carga viral en pacientes con SIDA e incluso acelera la cicatrización después de una cirugía. También un estudio publicado en la edición de febrero de Oncologist informa de que los pacientes con cáncer que usaron la escritura expresiva justo antes del tratamiento se sentían notablemente mejor, mental y físicamente, que los pacientes que no lo hicieron.
Por otra parte, y digitalizando más el asunto, de acuerdo con Alice Flaherty, una neurocientífica que trabaja para la Universidad de Harvard en el Hospital General de Massachusetts, se ha llegado a demostrar el efecto placebo para el sufrimiento que tienen los blogs. Según dijo para Scientific American, “los seres humanos tienen una gran gama de comportamientos relacionados con el dolor, como las quejas, por ejemplo, que actúan como un placebo para conseguir satisfacción rápida de choque frente al sufrimiento. ‘Blogguear’ sobre las cosas que nos estresan, funciona de forma similar”.
¿Y si ya eres escritor? Pues entonces deberías empezar a tomar la escritura no sólo como parte del trabajo, sino como una herramienta para aumentar la creatividad.
Todos hemos tenido demasiadas pestañas abiertas en el explorador a la vez. Es una casa de locos. Cuando quieres encontrar la que estabas mirando anteriormente tienes que repasarlas todas porque los nombres están tan pequeños que no puedes distinguirlas. Algo similar pasa con el cerebro según los expertos. Tu mente mantiene varias ideas en pause y va saltando entre ellas. No le es posible concentrarse en más de una a la vez, por tanto, pivota entre una y otra con su consecuente costo de conmutación. Cuando son muchas llega al extremo de olvidar que esa idea estaba ahí, y la pierde.
Y aquí es donde escribir puede ayudarte. La escritura da forma a tus ideas y las saca de la cabeza, liberando “ancho de banda”, lo que a su vez deja espacio para otras geniales ideas.
Tener seguras las ideas importantes alivia el estrés de perder los pensamientos e ideas brillantes en una mente “superpoblada” de estas
La inspiración frecuentemente viene en gotas pero a veces tienes un chorro aleatorio. La creatividad que aparece en el hotel es de oro, como dice Mitch, si la pierdes, sólo te queda convencerte de que no era tan buena porque si se va, se fue:
Mitch Hedberg: “Cuando me siento en mi hotel por la noche y pienso en algo que es divertido, tengo que ir a buscar un lápiz para escribirlo. Si la pluma está demasiado lejos, tengo que convencerme de que no era divertido".
Al final, ya de paso, escribir instruye. Se requiere una cierta intención de aprender para crear un trabajo escrito que sea interesante porque exige que el individuo sea receptivo y busque constantemente nuevas fuentes de información. Porque por más que el escritor tenga inspiración, se requiere que complete aquello que no sabe para dar forma a su idea. Es casi imposible escribir sobre algo que no entiendas y lograr que resulte convincente, aún si es cierto. Hay que leer libros y estudios, escuchar podcasts, ver videos, películas y series, escuchar historias de personas desconocidas, etc. Depende que qué tipo de contenido escribas, claro, pero en todo caso hay que bombardear la mente de estímulos ante un bloqueo hasta que el bloqueo o tú —exagerando— muráis.