Comprendemos desde muy pequeños que cada persona es diferente. Quizás sea el color, el idioma o una preferencia diferente de juguetes, pero cuando extendemos nuestra mano amiga en solicitud de esa primera amistad, sentimos la conexión que nos vuelve hermanos: la raza humana.
Somos la misma especie, y no existen otras razas entre nosotros. Algunos lo sabemos toda nuestra vida, otros desean construir un muro de por medio y existen los que son llamados por una vocación incontrolable.
Las ansías por explorar nuestro territorio provienen de aquellas vidas pre-históricas, nómadas que caminaban sin rumbo alguno. Hay quienes poseen cualidades parecidas, y si bien no recorren el mundo con lanzas, usan su herramienta más valiosa para capturar momentos y experiencias preciadas. Ansías por descubrir, por conectarse con culturas diferentes, un impulso hacia una humanidad verdadera.
Pascal Mannaerts encontró ese espíritu, y en un viaje de diez años decidió hacer todo lo posible por encontrar y compartir "la belleza del mundo y nuestra gente". Su labor es admirable, pero sus fotografías nos hacen preguntarnos sobre nuestra identidad cultural en el maravilloso planeta que habitamos.
Cada foto es un testigo del "cara a cara" que sucedió entre esta persona, yo, y el ojo de mi cámara
A continuación mostramos algunos de sus mejores retratos, para continuar ampliando nuestra perspectiva y sobretodo extendiendo esa mano amiga que se vuelve tan necesaria en nuestros días.
Banfora, Burkina Faso
Battambang, Cambodia
Srimangal, Bangladesh
Khövsgöl Aimag, Mongolia
Korcho, Etiopía
Thiksey, India
Pashupatinath, Nepal
Tagong, China
Shiraz, Iran
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