La basura de unos es el tesoro de otros
Me dije a mí mismo apuntándome a un pequeño grupo de reciclaje que había en mi colegio. Claro que nadie lo podía saber, siendo mi trabajo principal aplastar latas de refresco mientras observaba con dedicación la entrada esperando que alguien entrara con algo digno de cualquiera de esos falsos programas de History Channel.
Finalmente pude sacar una enorme cantidad de "antigüedades" para cumplir mi sueño de subir de peso y raparme la cabeza para venderlas. Nunca pude hacerlo, ya que perdí la cabeza imaginando dueños antiguos y funciones que permanecían en el pasado.
Comprendí la frase en verdad y ya no veía tan mal a esos vagabundos rodeados de historias ajenas. En ese entonces debía realizar una exposición sobre el desperdicio humano, eligiendo el romántico tema de hacer compost. Recibí ayuda del grupo ecológico y terminé acuñando una frase propia.
La basura de unos es el tesoro de otros, en casos específicos
El proceso era simple, mezclar en un contenedor esos desperdicios de los que siempre te preguntaste como en algún momento pudieron ser de alguna utilidad. Quedé asqueado, pero aprendí una técnica valiosa y casi saco una calificación perfecta de no haber olvidado redactar la exposición antes de decirla.
Aprendí una lección —a medias— sobre lo mucho que desperdiciamos y quedé asqueado de por vida. Una persona decidió hacer algo al respecto, recurriendo al arte en busca de ayuda.
En Portugal habita el famoso artista callejero llamado Bordalo II, o Artur Bordalo en su pasaporte. Queriendo recordarnos la enorme contaminación que generamos a diario, realiza asombrosas esculturas de animales usando materiales desechados. Su dedicación se refleja en una creatividad desmesurada y una forma brillante de mostrar obras hermosas mientras comunica un mensaje de suma importancia en la actualidad. A continuación sus mejores trabajos.
