Park Chan Wook es conocido por realizar obras magníficas, tanto cinematográfica como narrativamente. Esta vez nos entrega una historia maravillosa llena de engaños y perspectivas conflictivas. El estilo cinematográfico del director coreano más destacado de la historia, Park Chan Wook, es tan maravilloso como versátil. Se ha aventurado a dirigir todo tipo de filmes, correspondientes a una variada gama de géneros. Eso sí, lo que siempre permanece intacto es el ritmo perfecto de sus guiones, esto le permite contar la historia que desee sin arriesgarse a que el público pierda interés. En el caso de The Handmaiden, Wook nos presenta un thriller complejo, compartiendo varias similitudes narrativas con la película de Akira Kurosawa, Rashomon.
La película narra la historia de un complot para apropiarse de la fortuna de una dama noble llamada Hideko (Min-hee Kim). El conde Fujiwara (Jung-woo Ha) piensa casarse con ella para luego, a los pocos meses, internarla en un hospital mental, quedándose con su masiva fortuna. No le será fácil, el tío de la muchacha es bastante estricto y abusivo, su plan era casarse con su sobrina para hacerse con el dinero que heredó de sus padres, se ha estado aprovechando de ella desde que estos murieron.
Al principio, la trama puede parecer algo simplista, pero mientras pasa el tiempo nos vamos dando cuenta de todas las implicaciones que conlleva. Los personajes son presentados de forma natural, somos espectadores de los hechos infortunados que los llevaron a donde están ahora; esto es posible a través de varias manipulaciones temporales ingeniosas.