Las compras online se han convertido en una realidad durante los últimos años. El éxito registrado, a nivel mundial, del Black Friday es una muestra viva de que las costumbres de los compradores, y de los vendedores, están cambiando. Nadie puede negar el hecho de que es un cambio que no tendrá vuelta atrás y que hay que adaptarse.
Tendemos a pensar que el comercio online queda reducido a la pequeña familia de Amazon y compañía, pero existe un mundo detrás de la compañía del señor Bezos. A nivel global se estima que hay, al menos, 270.000 comercios digitales; de los cuales 20.000 residen en España. De momento, porque es una cifra que va in crescendo cada día. Según un estudio de eBay para 2016, la mayor parte de las nuevas tiendas online esperadas para este año correspondían a pymes, las cuales verían un salto de lo físico a lo digital de un 213% aproximadamente. Todos quieren estar en el mundo online.
Pero no sólo el número de tiendas ha crecido; también lo que la gente gasta. 2016 cerrará con una cifra récord para España. Aproximadamente 24.654 millones de euros gastados en el comercio online, lo que implica un 18,8% más que el año anterior colocando a España entre los países europeos que más gasta.
A toda esta ola de éxitos en el entorno digital se suma otro dato relevante e influyente: los españoles pagan cada día más con sus tarjetas. El aumento en un 49%, según el Banco Central Europeo, del uso de estas herramientas está estrechamente vinculado al crecimiento del comercio online. Añadiendo, además, la limitación de los importes pagados en efectivo que ayudan a una mejor gestión de los servicios. En España ya no será posible comprar algo en metálico que supere el precio de los 1.000 euros.
Buenas noticias para las tarjetas pero que obliga que muchas compañías tengan que enfocar sus esfuerzos a la seguridad de los pagos online. La mayor preocupación de los usuarios en este momento. Y, sobre todo, a crear modelos nativos. Ya no sirve adaptar lo analógico a lo digital; las necesidades cada día son crecientes y mucho más exigentes. Esto es lo que se conoce como las capas de usabilidad en las que Masterpass, con sus 50 años de experiencia en el sector, ha estado trabajando. Masterpass es una forma fácil y segura de gestionar todas las compras online sin necesidad de hacer prácticamente nada.
Prescindiendo de las tarjetas físicas, que hasta estas tienen los días contados, sólo se necesitaría hacer un clic desde cualquier dispositivo y magia. En este momento en los que no hay ningún tiempo que perder esto se convierte en vital; algo tan importante como la posibilidad de no tener que recordar las claves para acceder al servicio ni tener que registrarse cada vez que se requiera.
CaixaBank, a través de su aplicación para smartphones CaixaBank Pay es la primera entidad en España que ofrece este servicio pero, próximamente, se unirán el resto de bancos.