París, Atenas y Ciudad de México quieren dar un paso más en la lucha contra el cambio climático. Y han empezado por mirarse a sí mismos. Las tres ciudades tienen alerta por contaminación del aire, en el caso de París el número es un 80% mayor al permitido y en la Ciudad de México se duplicaron los niveles de contaminación recomendamos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para frenar la mala calidad del aire en las capitales, los alcaldes de las tres urbes han decidido prohibir la circulación de vehículos de diésel para el año 2025 en el marco de la Cumbre de alcaldes C40: Ciudades liderando acciones climáticas celebrada en la capital mexicana.
El acuerdo incluye la promoción de los vehículos eléctricos e híbridos para remplazar a los que utilizan diésel. Para ello, los alcaldes pedirán a las empresas automotrices que participen en esta transición.
Giorgos Kaminis, Miguel Ángel Mancera y Anne Hidalgo, alcaldes de Atenas, Ciudad de México y París, respectivamente, prometieron también mejorar la infraestructura sustentable de las ciudades y optimizar la movilidad de los habitantes.
En un principio, el documento incluyó a Madrid en el plan para frenar la contaminación pero el jefe de Gabinete de Madrid, Felipe Lamas, quien acudió en representación de Manuela Carmena, aclaró que nunca llegó a ningún acuerdo con las tres ciudades para prohibir la circulación de vehículos diésel.
En el comunicado enviado por la Alcaldía de la capital española se afirmó que Carmena y su equipo de Gobierno están decididos a luchar contra el cambio climático y a mejorar la calidad del aire, además de la promoción la sustitución del diésel.
La iniciativa de las tres capitales es un comienzo para luchar contra la contaminación en las ciudades pero su efectividad todavía tiene que ser comprobada. Areli Carrión, asesora de movilidad en Greenpeace México, explicó para Hipertextual que ve complicada la logística para llevar a cabo la prohibición de los vehículos diésel para 2025:
> No entiendo cómo se podría evitar la entrada de autobuses o camiones de carga. La ciudad está en el centro de México y muchos camiones traen carga a la ciudad pero para otros es solo un lugar de paso. Igualmente necesitan entrar en la Ciudad de México.
Carrión sostiene que hay que esperar para ver cómo el Gobierno de Mancera tiene pensado gestionar la prohibición, y si pretende, por ejemplo, establecer una multa o un peaje para los vehículos que utilicen diésel y quieran entrar en la capital.
Por otro lado, la mejora de la infraestructura en las ciudades supone, entre otras cosas, el remplazo del transporte público tradicional por nuevas maquinarias eléctricas o híbridas.
La asesora de movilidad recuerda que recientemente, el Gobierno de la Ciudad de México compró 80 nuevos autobuses, de los cuales 50 funciona con diésel. "Se tendrían que cambiar todos los autobuses y los camiones de basura, no sé de donde va a salir el presupuesto para todo esto".
En busca de resultados
Este tipo de determinaciones políticas para invertir en la reducción de gases contaminantes son clave para la mejora del medio ambiente en un contexto en el que un 80% de las personas que viven en una zona urbana respiran aire demasiado contaminado, según el estudio Global Urban Ambient Air Pollution Database de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, este es solo un pequeño paso en la lucha contra la contaminación y sus efectos en el medio ambiente. Para que se lograran resultados significativos, Carrión apunta que todas las ciudades del mundo deberían unirse a la iniciativa y llevarla a cabo.
Ciudad de México debería empezar dando ejemplo e "invertir en trasporte publico integrado, hacer modificaciones en las calles para que las personas pueden caminar y andar en bicicleta", recomienda la especialista, quien recuerda que la Ciudad de México es un ejemplo para muchos otros estados del país y que, si este tipo de reformas se practican en la capital, otras ciudades mexicanas podrían aplicarlas.
Greenpeace está en proceso institucional para lanzar la campaña global Megaciudades que busca el fomento del transporte público de calidad para impulsar la movilidad no motorizada y de prioridad al peatón y "más y mejores áreas verdes que sirvan como pequeños pulmones en la ciudad".
Areli Carrión concluye:
> Necesitamos producir grandes resultados a escala global, pero necesitamos que [las autoridades] lo hagan sin timidez y sin preocupaciones electorales. No es momento de timidez, sino de decisiones contundentes y valientes