El coche es, hoy en día, algo más que un simple elemento de transporte. La tecnología ha dotado al vehículo más personal de todos de una nueva forma de movilidad, pese a que en el fondo siga siendo una actualización de lo que conocemos de siempre. Una de las bondades que nos ha traído el abaratamiento de los costes y la democratización de la tecnología es que, lo que hace unos años estaba limitado a la alta gama y al lujo, hoy en día también está presente en los modelos de entrada, en la gama joven de precios comedidos.
La tecnología en el coche es, a día de hoy, la balanza por la que se mide la competencia entre fabricantes, la excelencia; todo en un momento en el que la seguridad se da por supuesta y es una apuesta de facto, y las mejoras en la mecánica se limitan a la eficiencia y a los cambios sustanciales en la potencia.
Ahora que la contienda está en los eléctricos y en los autónomos como máxima expresión tecnológica, son las pequeñas cosas que llegan a los vehículos de entrada las que representan el verdadero salto tecnológico, la democratización de las pequeñas cosas que hacen el día a día sobre el coche un poquito más fácil aunque no llamen tanto la atención como la autonomía de nivel 3.
En este sentido, las pequeñas cosas que mencionamos anteriormente, son las que nos hemos encontrado en el nuevo Seat León, coche que tuvimos la oportunidad de probar durante su presentación en Barcelona y que, centrándonos en el punto de vista tecnológico, es el ejemplo perfecto de esas pequeñas concesiones tecnológicas que hace años eran impensables en esta gama pero que, a día de hoy, suponen el salto cualitativo que lo enmarca en una categoría mucho mayor de la que aparenta a simple vista.
Sobre el papel, los clásicos no tan clásicos en esta gama como Full Link, que además del sistema de entretenimiento a bordo de Seat y las utilidades que ya se dan por supuestas como el GPS o la información de viaje, también incluye compatibilidad con CarPlay y Android Auto en una enorme pantalla de 8 pulgadas, que además incluye un cargador por inducción en la parte inferior del salpicadero para una experiencia 100% inalámbrica. De todas formas, en el mismo recoveco tenemos disponibles dos cables USB y una entrada AUX por si nuestro terminal no es compatible con algunos de los sistemas que incluyen Seat.
En nuestras pruebas, el sistema funcionaba como se esperaba, y lo cierto es que la inclusión de una enorme pantalla de 8 pulgadas con capacidades táctiles es un acierto enorme que no habíamos visto en un coche de esta gama, o al menos, dentro del segmento de precio en el que se mueve el nuevo Seat León.
No obstante, sería un poco injusto decir que la única tecnología que guarda el Seat León es el Full Link y sus sistema de entrenamiento a bordo. Básicamente, esto es solo una pequeña fracción de lo que nos enseñaron en Seat y que está integrado dentro del coche: tecnología bajo demanda que funciona de forma transparente pero que cambia diametralmente nuestra forma de conducir o, al menos, simplifica enormemente la misma.
Eso sí, es justo de decir que mucha de esta tecnología viene directamente de Azteca, que juega en una liga distinta, pero es un gran acierto que haya llegado también al León. Y quién sabe si en un futuro cercano entre dentro de la gama Ibiza. Es un movimiento interesante, puesto que ahora el León llega en tres sabores: la versión normal León (en Reference y Style), León FR y León Xcellence. Este último, llega para aportar toda la deportividad del FR pero manteniendo unos acabados y estilo interior más clásico, más premium, sin esas introducciones deportivas tan agresivas y características del FR, pero todos se aprovechan de la misma tecnología gracias al sistema de elección de extras que Seat tiene para el nuevo León, que por cierto ya se puede configurar, aunque la entrega de los nuevos modelos será en 2017.
De todo lo que probamos, lo que más nos llamó la atención de este nuevo Seat León (y hablando estrictamente desde el punto de vista tecnológico) fueron sin duda los sistema de asistentes que monta este nuevo modelo, y en especial, el sistema de asistente de atascos: básicamente el nuevo León (que ya incluía anteriormente el Azteca) es capaz de conducir casi por sí solo en atascos y hasta una velocidad de 30km/h, de forma que el conductor sólo tenga que estar pendiente del vehículo delantero para continuar la marcha y mantener el pie en el freno/acelerador por responsabilidad en la vía, puesto que el nuevo Seat León es capaz de frenar.
Otras cosas interesantes que guarda el nuevo León es el sistema de protección de peatones, de forma que el coche sea capaz de detectar peatones y evitar accidentes. Y no solo eso, el nuevo León también incluye un sistema de identificación de señales de tráfico y marcas de la vía, y un asistente de emergencia que es capaz de alertar automáticamente al conductor cuando detecta que no hay respuesta. Antes, de detener el coche por completo.
Lo que hemos probado del nuevo León nos ha gustado mucho, y sobre todo, nos ha despejado muchas dudas: la tecnología real ya es invisible, pero eso no quiere decir que el nuevo León no esté lleno de la más avanzada tecnología, al menos, de la que hace la vida un poco más fácil.