Todavía es un proyecto piloto, pero es la semilla para empezar a dar a los cubanos la posibilidad de tener Internet en casa. Pese a que en la isla caribeña sí que hay Internet, se trata de un acceso muy limitado al que apenas tienen acceso una pocas personas, y el resto, tienen que conformarse con algunos puestos de WiFi público que cuestan cerca de 1,50 dólares por cada hora, casi el 5% del salario medio que paga el estado.
Y es que costes aparte, el acceso a Internet desde casa puede ser una realidad para miles de cubanos a corto plazo gracias a un programa piloto que se ha puesto en marcha en la Habana, y por el que cerca de 2000 habitantes del centro histórico han recibido, por Navidad, un punto de acceso en su casa. Un proyecto para el que han sido seleccionados en un sorteo llevado a cabo por el Gobierno, para un país que tiene una de las tasas de penetración de Internet más bajas del mundo.
Hasta ahora, solo el 5% del total de los cubanos tenían acceso a Internet en casa. Una barrera complicada de superar por las restricciones impuestas por el Gobierno: se tiene que solicitar un permiso gubernamental y generalmente solo es concedido a académicos, doctores e intelectuales seleccionados. Ahora, este nuevo programa es la semilla para que en un futuro se pueda abrir este proceso a toda la población.
De momento, es un paso muy pequeño, pero dado el embargo, el coste de las infraestructuras y el control del Gobierno ha impedido un despliegue de Internet más allá del WiFi público del Gobierno (y el que ofrecen los hoteles privados), pero parece que el aperturismo y las recientes relaciones con Estados Unidos están impulsando nuevas oportunidades que hasta ahora estaban negadas al pueblo cubano. Algo tan básico en 2016 como Internet puede suponer un salto cuantitativo y cualitativo brutal para el pueblo cubano.