En febrero de este año muchos medios proclamaron que adquirir un Android por 4 dólares era posible, y no faltaba razón. El Freedom 251 fabricado por Ringing Bell, un terminal con Android 5.1, una pantalla de 4 pulgadas, 1GB de RAM y un chip de 4 núcleos, comenzó a promocionarse en la India por 251 rupias, que al cambio son 3,25 euros. Medidas de este tipo, más que para vender mucho, acaban provocando que el público piense de verdad que todo lo que pasa de esos 3,25€ es beneficio para los fabricantes tradicional, un poco como el Nexus 4 en la gama alta.
La situación obviamente no se podía explicar sólo con el hecho de que los smartphones se han convertido en una commodity. Al igual que Google hizo con el mencionado Nexus, Ringing Bell no gana dinero con el terminal, sino que admitió perder de 140 a 150 rupias por unidad, es decir, cerca de dos euros. No es una cantidad excesiva, pero sí esclarece que el modelo de negocio con el terminal no está basado en la obtención de un beneficio. Teniendo esto en cuenta, resulta interesante repasar cómo se han dado los acontecimientos alrededor del polémico terminal.
El Freedom 251 comenzó a venderse oficialmente el 30 de junio de este año, con una promesa de stock de 200.000 unidades. Sin embargo, la empresa anunció en julio que sólo había distribuido 5.000, pese a que las reservas era mucho mayores. Más tarde Ringing Bells prometió poner en las manos de los consumidores 65.000 unidades más, y desde entonces no ha vuelto a saberse más de ellos, pese a que la empresa ahora distribuye oficialmente en Amazon otros producto desde hace un par de meses, en este caso televisores.
Nadie sabe, por tanto, dónde están los 130.000 smartphones. Pero lo peor no es eso, sino que la compañía estimaba haber vendido dos millones y medio de terminales antes del 30 de junio cuando comenzó a promocionar el Freedom 251 en febrero. Y sus estimaciones no se quedaban cortas, ya que mediante el sistema de reservas, que no pudo soportar el tráfico y se cayó, recibió 70 millones de peticiones. Al ver el monstruo que había creado, la compañía comenzó a hacer cancelaciones masivas.
Para mercados occidentales el lanzamiento de un terminal así habría sido una gran sorpresa, pero en India supuso una revolución. En un mercado copado aún por feature phones y por smartphones de entre 50 y 80 dólares, la posibilidad de adquirir algo parecido por 4 era demasiado tentador como para no comprar masivamente.
Hipertextual ha intentado resolver algunas dudas sobre el lanzamiento y la distribución del Freedom 251 contactando a Ringing Bell, pero de momento no dan señales de vida. Al final, el caso de este terminal es lo que ya parecía al principio, una manera de llamar la atención sobre la marca y de tratar de obtener financiación por parte del Gobierno mediante programas de ayuda al desarrollo tecnológico.