La inversión de recursos de todo tipo en la Guerra Fría es incalculable. Considerando el poderío económico de los Estados Unidos y la Unión Soviética, el gastó total debió superar con facilidad el presupuesto nacional entero de decenas de naciones combinadas.
Dinero que pudo haber sido usado para mejorar las vidas de sus habitantes y garantizarles a los futuros ciudadanos vidas prósperas fue suprimido violentamente para financiar nuevas formas de destruir al otro y defenderse a la vez.
Silos nucleares, torres radar, complejos residenciales secretos para los trabajadores, búnkeres escondidos, etc. Todos ahora en ruinas e inservibles. Estructuras con el único objetivo de espiar, aniquilar y defenderse de una amenaza artificial. La cual, si nos ponemos a reflexionar, era completamente irracional.
Un camión se aleja por Montana (Estados Unidos), utilizando un camino que llevaba a la antigua estación radar de Pinetree.
Una instalación de radares siendo demolida en la frontera canadiense con Dakota del Norte. La función de estas estructuras era advertir a los altos mandos militares cuando un ataque soviético con misiles fuera inminente.
Un complejo residencial abandonado en la ciudad secreta soviética Skrunda-1. Aquí vivían los soldados y demás empleados de una estación de radares cercana. Eran encargados de vigilar las frecuencias, pendientes de cualquier ataque estadounidense. La estación estuvo abierta por treinta y cinco años.
Una de las dos consolas de lanzamiento de misiles nucleares Titan I en una entidad militar abandonada en Colorado.
El portón de un silo de misiles nucleares soviético abandonado, bloqueado con rocas. Cuando estaba operativo, el complejo subterráneo contaba con misiles de alcance medio, destinados para ser lanzados contra objetivos europeos.
El esqueleto de concreto de un silo de misiles nucleares soviéticos. Desde entonces se ha convertido en el sitio predilecto para exploradores que quieran aventurarse a transitar edificios abandonados y misteriosos.
Un canal de irrigación pasa a través del lugar en donde solía alzarse un silo nuclear soviético en Latvia.
Un búnker en medio de las ruinas de una ciudad de soporte militar en Latvia.
Un búnker soviético que solía contener misiles nucleares.
La puerta por donde entraban los misiles nucleares dirigidos a las estaciones de lanzamiento en Wyoming (Estados Unidos).
La entrada (ahora sellada) de una estación de misiles nucleares Titan I. Cuando el complejo se encontraba operativo, un ascensor salía del concreto para transportar a los trabajadores a las profundidades de la instalación.
Un silo de misiles nucleares Titan I en Colorado. Es uno de los ejemplos más ambiciosos de arquitectura nuclear que se han construido. Luego de ser lanzado, un misil Titan I podía llegar a Moscú en media hora.
La puerta restaurada de un silo nuclear en Plokstine, Lituania. Hogar de los misiles Dvina. Estos tenían ciento veintiocho veces más potencia que las bombas atómicas que fueron lanzadas en Japón por los americanos.
Una avanzada estación Soviética dedicada a detectar misiles extranjeros y tratar de interceptarlos utilizando otros misiles, antes de que llegaran a su objetivo.
Las bases de una estación americana en Montana, encargada de detectar misiles soviéticos que volaran por la ruta del Polo Norte.